René León, exembajador: “Hemos desaparecido de la agenda política de EE.UU.”

El exdiplomático asegura el país ha desaparecido de la agenda internacional de Estados Unidos, considera que es un problema de ejecución que debe resolverse pronto.

El exembajador de El Salvador en Estados Unidos y consultor para empresas de ese país, René León, señaló que el mayor daño del 9-F fue a la confianza para la inversión privada

Por Eugenia Velásquez

2020-03-15 8:00:41

Desde que el presidente Nayib Bukele tomó posesión de la Presidencia de la República en junio del año pasado, a la fecha, aún no ha nombrado al embajador de El Salvador en Estados Unidos ¿qué opinión tiene usted sobre eso y cómo afecta al país?

La plaza de embajador de El Salvador en Estados Unidos es la principal plaza de la diplomacia salvadoreña porque Estados Unidos obviamente es nuestro principal aliado y amigo en la concepción de la política exterior bilateral que El Salvador tiene en los EE. UU.

A mí me parece bien interesante del por qué las razones de atrasar una decisión de esta naturaleza por ya más de ocho meses, porque considero que la política exterior de El Salvador a los Estados Unidos, su agenda bilateral, es una agenda bastante yo diría, que responde bastante a las expectativas que los EE. UU. tiene de un país como El Salvador.

En ese sentido, si me pone a ver la política exterior de El Salvador hacia los Estados Unidos, yo le digo que fundamentalmente estoy de acuerdo con esa política, creemos que tenemos problemas de ejecución, en la política, nada que no se pueda resolver, pero es importante que esos problemas de ejecución se resuelvan y pronto.

Por todo el ambiente político que tiene que tener el país para salvaguardar sus intereses, independientemente de que la presidencia de los Estados Unidos la gane el presidente (Donald) Trump y sea reelecto o lo gane cualquiera de los candidatos demócratas que están punteando en este momento, que es el senador (Bernard) Sanders y el vicepreidente (Joe) Biden, porque sea quien sea el que gane, hay que ejecutar esa política de una manera que tenga réditos a nuestros intereses, que realmente sean tangibles, que realmente beneficien a los salvadoreños que están acá y a los que viven en Estados Unidos.

Eso no va a suceder de manera automática, esos intereses no se van a salvaguardar y promover de manera de autogeneración, esos intereses hay que trabajarlos y hay un vacío que hay que llenarlo.

¿Cómo afecta a El Salvador la falta de nombramiento de la figura del embajador en EE.UU.?

Lo que nos ha pasado, el principal costo que estamos pagando es que hemos desaparecido de la agenda política y diplomática de los Estados Unidos. Los eventos del 9F (9 de febrero) lo demuestran, que si mientras los intereses de El Salvador no sean promovidos, cabildeados, no sean expuestos en los Estados Unidos, de cualquier naturaleza, Estados Unidos tomará medidas en funciones de sus intereses de seguridad nacional, sin tomar en consideración, creo, algunos intereses legítimos que El Salvador tiene y que perfectamente podría negociar con Estados Unidos.

¿A quién le podría atribuir el hecho de que el Gobierno no haya designado embajador?

Lo desconozco, esa pregunta solo la puede contestar el presidente Bukele. Sí reconozco que hay un vacío importante que hay que llenar y rápido y que tenemos que aparecer en la pantalla del radar de los tomadores de decisiones en los Estados Unidos, no solo en la administración del presidente Trump, también en la Cámara de Representantes y del Senado.

Después de tantos meses en que no hay representante de El Salvador en Estados Unidos ¿cuál es el mayor riesgo al que nos enfrentamos?

El principal riesgo que siempre he señalado en estos temas es que nos tomen por descontado, siempre es un riesgo y creo que es importante reconocer que los Estados Unidos a nivel del gobierno tienen sus propios intereses, agenda política, diplomática, de seguridad nacional y lo único que uno quiere es que en esa agenda de seguridad nacional, de intereses políticos, de intereses diplomáticos también aparezcan nuestros intereses.

Usted señalaba la importancia de la diplomacia…

La diplomacia de Estados Unidos es una diplomacia bien seria, bien rígida, bien verticalista, aquí un embajador de cualquier país, de los que han trabajado en los Estados Unidos no tiene absolutamente ninguna capacidad de maniobra para apoyar, aprobar o desaprobar ninguna acción de ese tipo, sino viene una directriz específica de la Casa Blanca, de la Agencia de Seguridad Nacional y directamente del secretario de Estado de los Estados Unidos.

Ese es en el caso de los Estados Unidos, pero en el caso de El Salvador, por ejemplo, vimos a un cuerpo diplomático reunirse con diputados tras el evento del 9 de febrero en la Asamblea Legislativa

El Cuerpo Diplomático reaccionó, no impidió, ni va a impedir el Cuerpo Diplomático, hay países como México, por ejemplo, que tienen una política tradicional desde principios del siglo pasado de no intervención. El embajador mexicano jamás va tomar ninguna posición con relación a esto que no sea una orden del presidente que venga canalizada a través de su Cancillería, para no hablar del embajador de Estados Unidos que tiene toda una línea de mando y de autoridad que expliqué gráficamente en la ponencia.