Eduardo Poma: “El Salvador es un vivero de pilotos en la región”

En la actualidad, muchos de los pilotos que se han formado en El Salvador trabajan en aerolíneas de países como Catar, Vietnam, Indonesia y Tailandia, entre otros.

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Por Guadalupe Hernández

2019-12-20 6:01:42

Para conocer el apasionante mundo de la aviación, qué mejor que conversar con don Eduardo Poma, quien es piloto desde hace 45 años, una trayectoria que le ha permitido acumular 6,500 horas de vuelo.

Entre sus aviones de colección, en el Aeropuerto Internacional de Ilopango, Poma asegura que el aporte de la aviación civil a la economía del país es “enorme”.

En su opinión, El Salvador es vivero de pilotos comerciales y corporativos desde hace casi 100 años, por el hecho de ser la sede de la línea aérea más fuerte de toda Centroamérica, es decir Taca (ahora Avianca).

“Aquí nacen más pilotos al año que en todos los países de Centroamérica juntos, pues anualmente salen alrededor de 400 pilotos”, expresó don Eduardo, quien es presidente del Aero Club de El Salvador y presidente del Show Aéreo Ilopango, que se celebra anualmente en nuestro país.

Y en este punto, destaca el trabajo que hacen las siete escuelas que operan en dicho aeródromo, entre éstas: Flight Training, Academia Superior de Aviación (ASA), Escuela de Aviación Panal, Dargonza, Helica,

Centro de Adiestramiento Aeronáutico (CEA), y Centro de Adiestramiento Aéreo Académico (C.A.A.A.),
Hoy día, muchos de los pilotos salvadoreños que se han formado en alguna de estas escuelas trabajan en importantes aerolíneas en varios países en el mundo, como Vietnam, Tailandia, Indonesia y Catar.

“Los pilotos salvadoreños son considerados de los mejores en el mundo. Además ayuda el hecho de que hay poca generación de pilotos en esos países, tal vez por los costos”, apuntó.

Sobre la aviación
“Quiero aclarar que la aviación se divide en militar, civil, y general, En la aviación civil está la comercial (para trabajar en líneas aéreas) y la corporativa”, explicó.

La aviación general, añadió, es la que día a día se desarrolla en el Aeropuerto de Ilopango, a través de los distintos centros de enseñanza.

“Estas escuelas son como la universidad de los pilotos, para que ellos después decidan que rumbo tomarán”, comentó.

Para ser piloto con licencia privada, los jóvenes deben de acumular entre 40 a 60 horas de vuelo, lo cual no incluye las clases teóricas.

Ya con sus licencias en mano, la mayoría tiene que trabajar como instructor para acumular horas de vuelo y así poder solicitar trabajo en una aerolínea o como piloto corporativo. Todo ese proceso le ocupará entre uno o dos años.

“Todos los pilotos nacen en la aviación general, no existe un piloto en el mundo que comience a volar en línea área, primero lo hace en aviación general”, reiteró.

Sin embargo, muchas personas abandonan el sueño de ser pilotos, debido al alto costo de la carrera, ya que según estimaciones generales, ésta puede requerir inversiones de entre 30,000 y 40,000 dólares.

En este sentido, el empresario reconoce que una de las limitantes para que el número de pilotos crezca es la falta de programas de financiamiento, como los hay para estudiar una carrera universitaria.

En su opinión, la carrera de pilotos es cara porque el estudiante debe pagar: alquiler del avión, pago del combustible del avión y del instructor, costos que alcanzan los 125 dólares por hora.

Don Eduardo, dice que han sostenido conversaciones con algunas de las escuelas para evaluar la posibilidad de crear un fondo especial para que los jóvenes puedan acceder para estudiar la carrera, pero este es un sueño que aún está en el tintero.

“Aún así sacamos suficientes pilotos para suplir las necesidades de Avianca, y además de otras líneas aéreas, pues la demanda de pilotos en el mundo es cada vez mayor debido al aumento de la demanda de los pasajeros”, dijo.

“Las aerolíneas compran aviones, pero faltan pilotos, entonces los están reclutando de América”, añadió.

El empresario, y miembro de la Junta Directiva del Grupo Poma, considera que la contribución de esta importante industria incluye también los mecánicos de aviones, que hoy día se forman en instituciones privadas como la Universidad Don Bosco o en la Fuerza Aérea de El Salvador (Faes).

En su opinión, el rubro también brinda oportunidad para el establecimiento de nuevas inversiones, como fabricante de componentes y partes de aviones, pues en la actualidad, todo es importado.

En últimos 15 años, El Salvador no hizo mucho por atraer este tipo de compañías, pero el empresario sostiene que es una oportunidad que está abierta, y que podría generar una gran contribución a la economía del país.

 

TRAYECTORIA

45 años como piloto y 6,500 horas de vuelo

Bienvenidos a mi mundo”, dice don Eduardo Poma, en la oficina que tiene en uno de los hangares del Aeropuerto Internacional de Ilopango.

En las paredes cuelgan fotografías de sus proezas en los 45 años que lleva como piloto, en los que ha acumulado 6,500 horas de vuelo por alrededor de 33 países en el mundo.

Y es que según sus palabras, de pequeño no jugaba con carritos, sino con aviones, y debido a esa pasión se convirtió en piloto profesional.

“Creo que lo traía en el ADN, pues mi padre (don Luis Poma) era piloto, y yo volaba con él. Para mí es una importante en mi vida”, dice.

“Todo piloto ha tenido problemitas, pero gracias a Dios no ha sido nada serio”, comenta don Eduardo, quien a sus 65 años todavía surca los cielos en alguno de sus aviones de colección. Aunque su preferido siempre fue un Fouga, hoy debe de volar uno menos atrevido, un C-47.

Su pasión por los aviones lo llevó a ser uno de los impulsores del Show Aéreo de Ilopango, que desarrolla en el país desde hace 23 años.

“Para el Comité Organizador del Show Aéreo Ilopango el reto es innovar para ofrecer un evento que supere las expectativas”, apuntó.

Don Eduardo no solo preside el evento, sino que también participa como piloto.