"El daño a la economía es severo y estamos viendo mucho sufrimiento", afirma el vicepresidente del Banco Mundial sobre la economía de Latinoamérica

El organismo redujo otra vez su previsión de crecimiento económico para El Salvador.

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El comercio informal aumenta en la medida que no hay oportunidades laborales formales.

Por Magdalena Reyes/Karen Molina

2021-03-29 9:00:48

El Banco Mundial prevé que la economía salvadoreña crecerá en 2021 menos de lo que proyectó en su último análisis, realizado en enero pasado.

En enero, el banco previó que la economía nacional crecería 4.6 %, pero ahora proyecta un crecimiento más bajo, que se traducirá en más desempleo y pobreza para los salvadoreños.

En su estimación, el organismo señala que El Salvador logró contener los peores efectos de la crisis de COVID-19, “pero a un alto costo macroeconómico y fiscal, debido a las vulnerabilidades fiscales acumuladas antes de la crisis y la generosidad de la respuesta fiscal del gobierno, que fue financiada principalmente por deuda”.

En su informe semestral, también advierte que “se requiere una gran consolidación fiscal y el desafío será gestionarla, fomentando al mismo tiempo la recuperación económica y mitigar el continuo impacto social y en la pobreza de la pandemia COVID-19”.

Esta semana, el Banco Central de Reserva (BCR) confirmó que el cuarto trimestre del año pasado también tuvo una caída económica de 2.3 %, con lo cual acumuló una caída total de 7.9 % del PIB en 2020 y confirmó así una recesión que, según analistas, se mantendrá por los próximos años.

El presidente de esta institución, Douglas Rodríguez, afirmó que al final de este 2021 el crecimiento esperado sería de entre 5 y 6 % del PIB, pero para el expresidente Oscar Cabrera, el país solo alcanzará entre un 3 y un 4 %, tal como lo prevé el Banco Mundial.

Economía salvadoreña cayó 7.9% en 2020 y se confirma recesión

BM ve ventanas de oportunidad

“El daño (a la economía) es severo y estamos viendo mucho sufrimiento, en particular entre los más vulnerables”, dijo Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para la región de América Latina y el Caribe. “Pero siempre hay que mirar hacia adelante y aprovechar esta oportunidad para realizar las transformaciones necesarias que aseguren un futuro mejor”.

Aún con una proyección más baja, el organismo ve cosas positivas para El Salvador y la región. “El comercio internacional de bienes se mantuvo en un nivel relativamente bueno, a pesar de la fuerte caída en el comercio de servicios, particularmente turismo. Además, las remesas hacia la región subieron en comparación con el período previo a la pandemia, un tema muy importante para varios países del Caribe y América Central”, destacó.

Por otro lado, los mercados de capital permanecieron abiertos para la mayoría de los países de la región. De hecho, la toma de deuda en el exterior aumentó, ayudando a mitigar el impacto económico y social de la crisis de COVID-19.

En general, la economía de América Latina y el Caribe, la más afectada por la pandemia de el COVID-19, repuntará en 2021 un 4.4 % tras las caída del 6.7% del pasado año, aunque puede entrar un proceso “acelerado” que incremente la “desigualdad dentro y entre los países”, advirtió en su informe semestral sobre la región.

Sin embargo el organismo recuerda que la fuerte contracción causada por las medidas para paliar la pandemia tuvo costos económicos y sociales enormes. La tasa de desempleo en general aumentó y la pobreza se disparó, si bien en algunos países el uso masivo de transferencias sociales amortiguó significativamente el impacto social de la crisis.

La crisis tras el COVID-19 tendrá un impacto a largo plazo sobre las economías de la región. Es probable que los menores niveles de aprendizaje y de empleo reduzcan los ingresos futuros, mientras que el elevado nivel de endeudamiento público y privado puede causar tensión en el sector financiero y frenar la recuperación.

El Banco Mundial advierte que si bien hay señales de que las economías de la región se están recuperando y esperanzas de que este trastorno tenga algún resultado positivo, las perspectivas siguen siendo inciertas. Además, ven un lento avance en el despliegue de la vacunación en la región y señalan que la inmunidad de rebaño recién podría alcanzarse para fines de 2021.