Con pocos minutos de diferencia, los cadáveres de dos hombres fueron encontrados abandonados este domingo en las carreteras de Oro y la Panamericana, en los departamentos de Cuscatlán y San Salvador respectivamente.
Por la forma en que fueron encontrados los cadáveres, la Policía tiene la hipótesis de que hay relación en los casos.
La primera escena fue procesada a las 7:00 de la mańana en el kilómetro 23 y medio de la carretera Panamericana, en el municipio de San Pedro Perulapán.
El hombre únicamente vestía calzoncillo. presentaba varias lesiones de bala en la cabeza, tenía atadas las extremidades y estaba envuelto en dos sábanas.
La víctima no fue identificada y sobre el pecho tenía un trozo de papel en donde se leía: “Rata, grupo de exterminio”, informaron las autoridades.
“A pesar de que la víctima fue asesinada en otro lugar y dejada acá, los hechores le dispararon en varias ocasiones, luego de lanzarla a la canaleta, como para asegurarse de que estaba muerta”, explicó un agente de la Policía.
El otro cadáver envuelto en sábanas fue localizado, a las 7:30 de la mańana, en el kilómetro 3 de la carretera de Oro, en Soyapango.
El hombre fue vapuleado y estrangulado. También fue envuelto en dos sábanas y lanzado a la canaleta , a un costado de los carriles que de Soyapango llevan hacia Apopa.
Por la manera en que fue encontrada la víctima, las autoridades recrearon el crimen.
“Los hechores le pusieron un lazo en el cuello a la víctima, con ese mismo lazo le amarraron los pies y manos hacia atrás; la pusieron de rodillas y comenzaron a golpearla en la cara”, describió un policía. Agregó que con cada golpe, la víctima movió las mano y pies, lo que provocaba que el lazo se le hundiera en el cuello.
A la escena no se presentó ninguna persona a intentar reconocer el cadáver.
El kilómetro 3 de la carretera de Oro es un lugar donde con frecuencia las autoridades reportan este tipo de escenas.
El 13 de julio pasado, cerca de las 11:00 de la mańana, el Sistema 911 de la Policía recibió la llamada que alertó sobre el hallazgo de un cadáver envuelto en una sábana a un costado del kilómetro 3 y medio de la Carretera de Oro, frente a un cementerio privado.
Cuando un grupo de policías llegó al lugar encontró el cuerpo de un adolescente. Se presumió que era pandillero y que fue estrangulado con un alambre.
La carretera de Oro y la Panamericana han sido convertida por los grupos delincuenciales en botadero de cadáveres, desde hace varios ańos.
Las autoridades manifiestan que diferentes tramos de ambas vías son solitarios y poco iluminados, por lo que ambos factores son aprovechados por los criminales para deshacerse de sus víctimas sin temor a ser descubiertos.