Estos son los 15 nuevos negocios que destacan en la ruta panorámica de La Paz

La ruta ubicada en San Francisco Chinameca ofrece siete kilómetros de restaurantes e impresionantes vistas del lago de Ilopango. Empresarios de los negocios demandan apoyo.

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El restaurante Santa Cruz ofrece una vista impresionante del lago de Ilopango y caminatas al ecoparque aledaño a sus instalaciones. Foto EDH/ Lissette Monterrosa

Por Tania Urías

2020-01-16 9:10:58

Quince negocios- entre cafés y restaurantes- se han instalado en la Ruta Panorámica del Lago de Ilopango, que comprende siete kilómetros- desde el 18.5 hasta el 25.5 de la carretera que conduce a San Francisco Chinameca en La Paz.

Los proyectos comenzaron en 2012 cuando tres residentes de la zona instalaron los primeros restaurantes. A partir de ahí la ruta ha crecido y hoy recibe un promedio de 5,000 turistas por semana.

“En 2018 andábamos por un promedio de 10,000 a 12,000 turistas ingresando mensualmente. En 2019 se abrieron cinco negocios más y cerramos con 30,000 personas ingresando por mes”, comentó Francisco Viscarra, presidente del Comité de Desarrollo Turístico de la ruta.

El microempresario explicó que en fechas festivas la cifra se triplica y algunos negocios se ven en la necesidad de cerrar puertas.

El atractivo principal es la impresionante vista del lago de Ilopango y luego, la oferta gastronómica que incluye restaurantes con menú a la carta cuyos precios máximos no superan los $18, platillos típicos, café de altura y postres.

Los proyectos generan un promedio de 400 empleos directos y la mayoría de colaboradores son jóvenes entre los 20 y los 25 años que residen en la zona o municipios aledaños.

Karla Sánchez, gerente del restaurante Santa Cruz, explicó que la ruta ha potenciado el desarrollo económico de la región porque ha permitido la generación de empleo.

Solo en Santa Cruz laboran 35 jóvenes y en diciembre se vieron en la necesidad de emplear 10 más de manera temporal.

Según Viscarra, hay un acuerdo entre los dueños de los negocios y los empleados de los restaurantes que tienen la obligación de continuar estudiando si desean conservar su empleo.

“Hay muchos de nuestros colaboradores a los que les damos media beca, para incentivarlos a que sigan superándose”, contó Bettina de Perdomo, propietaria de Tres Piedras Restaurante.

Según la empresaria, que aperturó su negocio en 2019, la ruta ha cobrado fuerza a partir de los últimos dos años y por ello se han abierto más negocios.

Tres Piedras, que comenzó como salón de eventos, es el único que ofrece alojamiento, con tres habitaciones, pero las proyecciones de muchos otros empresarios son construir hostales y hoteles, en la zona.


Empresarios piden más apoyo
La masiva afluencia de turistas ha generado otras necesidades, como ampliar espacios para parqueo, mejorar la iluminación, el servicio de agua, la seguridad y otros más.

“Los quince proyectos nos hemos unido y tenemos un circuito cerrado, hay dos equipos de Policía que hacen patrullajes para evitar cualquier inconveniente”, contó.

Viscarra explicó que ya trabajan para instalar un circuito de cámaras y de radios y para mejorar el servicio de agua e instalar una tubería que amplíe el servicio que por ahora, es deficiente.

También están en acuerdos con la empresa DelSur, ya que quieren 15 kilómetros de una línea secundaria para ampliar la cobertura de energía e iluminar toda la ruta.

Sin embargo, los microempresarios aseguran que una de las mayores necesidades es la promoción de la zona como destino turístico.

Ya enviaron cartas al ministerio de Turismo para que la ruta sea declarada de interés turístico y les apoyen con promoción y financiamiento.

La instalación de un puesto de la Policía y otro de salud, al menos los fines de semana, son otras de las peticiones de los emprendedores.

“Acá la clave es la sostenibilidad colectiva, nosotros nos apoyamos entre todos, si lo que yo tengo no le satisface al cliente y le recomendamos otro sitio, la idea es que el turista regrese”, explicó el empresario.

Viscarra, estima que el último de los locales inaugurados y cuyo nombre se reservó, invirtió $1.5 millones para convertir una ladera en uno de los restaurantes más exclusivos del lugar.

Él, por su parte, dueño de El Cerrito, tiene presupuestada una inversión de $100,000 para ampliar la cocina, pero conseguir financiamiento, es otra de las necesidades que impide a la mayoría crecer.