Los préstamos que dio el sector bancario totalizaron $13,489 millones en mayo 2020, cifra que representa $743.7 millones (5.8%) más en comparación al mismo mes del año pasado, cuando otorgó $12,745.30 millones, según el reciente informe presentado por la Asociación Bancaria Salvadoreña (Abansa).
De este saldo de crédito el 46 % , $6,449.4 millones, fueron para empresas, la cifra supera en $527 millones los préstamos otorgados en mayo del año pasado.
Los préstamos para construcción han crecido $201.4 millones y representa el 42.8% en el saldo de crédito, mientras que en el mismo período del año anterior obtuvieron créditos por $671 millones. Este es el cuarto segmento que más fondos ha prestado y representa el 10.9% del total de crédito a empresas.
Para este año, la Cámara Salvadoreña de la Construcción tenía previsto ejecutar $836 millones solo en inversión pública.
En el caso del sector industrial tiene un saldo de la cartera de crédito de $1,389, eso significa el 10 % de la cartera de créditos.
El que las empresas recurran al financiamiento concuerda con el resultado de la última encuesta de la Cámara de Comercio, que reveló que el 33 % de las empresas relacionadas con el comercio han tenido que pedir préstamos para cumplir con sus obligaciones.
Eso se debe a que a raíz de la pandemia el 47% de empresas está operando parcialmente y han visto sus ingresos reducidos hasta en un 75%, dice la encuesta que la gremial realizó entre sus socios.
Además de solicitar crédito las empresas se han visto obligadas a reducir personal, dejar de pagar salarios, caer en impago con los proveedores y solo un bajo porcentaje ha podido realizar todos sus pagos, según el sondeo.
La cartera de préstamos vencidos totalizó los $220.2 millones, es decir $13.9 millones (-5.9 %) menos al comparar con el saldo de mayo 2019, indica el informe. Sin embargo, el sector posee cobertura de reservas por incobrabilidad de préstamos vencidos de un 132.20%.
Aunque en el ranking no se incluye el monto que representa en créditos, los clientes que se acogieron al beneficio del decreto ejecutivo que le daba periodo de gracia a los salvadoreños para pago de préstamos, Abansa presentó un balance a finales de mayo pasado.
Dicho informe reveló que unos 668,000 salvadoreños han solicitado refinanciamiento y periodos de gracia por la crisis.
El beneficio al que se apegaron empresas y personas naturales representa $326 millones de ingresos menos para la banca, pero la solidez del sector les ha permitido hacerle frente a la crisis, aseguró Abansa en ese momento.
Según el presidente de Abansa, Raúl Cardenal, la banca ha soportado el impacto de la situación por su fortaleza y liquidez.
Según el reciente informe, los salvadoreños han solicitado por lo menos $546.78 millones en refinanciamiento de préstamos en mayo 2020, es decir $28 millones más, ya que en mayo 2019 fueron $518.74 millones.
Del monto de refinanciamiento en el sector bancario a mayo de este año, $122.87 millones pertenecen al sector productivo, siendo el rubro agropecuario y comercio los que cuentan con los montos mayores: $85.59 millones y $45.27 millones, respectivamente. El sector de consumo ocupa el 41% del monto de refinanciamiento.
La morosidad de la cartera fue de 1.63 %, que es menor al alcanzado en mayo 2019 cuando fue de 1.84%.
Lo anterior ocurrió pese al impago o periodo de gracia al que se acogieron más de 600,000 salvadoreños por el impacto de la crisis.
A enero 2020, el saldo de depósitos alcanzó los $13,762 millones (+11.6%) y el de créditos llegó a $13,238 millones, un 5.0% más que en enero 2019.
Abansa destacó que ambas líneas siguen creciendo a tasas mayores que las de la economía en El Salvador, lo cual es medido a través del índice de volumen de actividad productivas que es del 1.8%.
Abansa también enfatizó en que el gobierno debe generar medidas que faciliten el comercio e incentiven el dinamismo de estos sectores. También la Cámara Americana de Comercio señaló que no ven un rumbo claro de la reactivación económica de cara al cese de operaciones por el confinamiento y el alargue de las fases de reactivación económica.