Salvadoreña en Milán teme que Italia vuelva a entrar en confinamiento

En el último fin de semana fueron cerradas las discotecas y otros negocios en Italia, para disminuir aglomeraciones. Una salvadoreña lo cuenta desde esa ciudad.

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Imágenes de Gabriela, salvadoreña en Italia. / Fotos EDH cortesía

Por Milton Rodríguez

2020-08-30 4:30:32

“Mi mayor miedo es que la oleada de contagios regrese en septiembre y volvamos a perder nuestro trabajo, volvamos a perder todo, pues yo no sé si pueda con otra cuarentena , es muy difícil solo de pensarlo”, así relata Gabriela, una salvadoreña que vive la pandemia en la ciudad de Milán, Italia.

El presidente del Gobierno italiano, Giuseppe Conte dio el aval para iniciar desde el 4 de mayo el desconfinamiento paulatino del país ante la epidemia. Durante las primeras semanas lograron bajar la curva de contagios; sin embargo, en estos últimos días de agosto se ha visto reflejado un aumento de casos con la COVID -19 en algunos países europeos como España, Francia e Italia.

El Diario de Hoy recogió vía teléfono el testimonio de esta joven originaria de Chalatenango. Gabriela expresa lo difícil que ha sido para ella regresar a la realidad laboral después del desconfinamiento, ya que se percibe un panorama económico gris.

“Comencé a trabajar a mediados de mayo, veo que hay poquísimo trabajo, está difícil porque después de la cuarentena muchos italianos han tenido pérdidas, he visto que han cerrado negocios importantes, ya que a todos nos ha afectado de una u otra manera”, relata Gabriela.

Explica que para pagar recibos tuvo que salir a trabajar fuera de la ciudad. “Este verano fui por un mes a trabajar fuera, ya que aquí los recibos no se perdonan, esos todos los meses lo tienes que pagar”, detalla.

“No es que yo esté bien ya, estoy pensando que en septiembre me puede salir otro trabajo para nivelarme”, dice la joven quien está consciente de la difícil situación, ya que tiene amigos que están desempleados.

Gabriela tiene también otra preocupación, y es que teme que las autoridades decidan imponer una nueva cuarentena, pues aún se ven personas que no guardan las medidas sanitarias de prevención y actúan como si el virus ya hubiera desaparecido.

Cuenta que medios italianos difundieron la noticia de un joven de 17 años que se encuentra en terapia intensiva luego de haber participado en una fiesta el 15 de agosto.

La cuarentena afectó la economía de la compatriota ya que no pudo salir a trabajar en esos meses. Además, se vio impactada psicológica y emocionalmente. Dice que pensaba al inicio que por ser joven no le afectaría, y que su mascarilla la portaba en su bolso pues no veía necesidad de ponérsela.

Con el paso de los días se incrementaron los contagios en un pueblo de Codogno donde vive una comadre suya, y en Bérgamo, siempre en Lombardía. El 7 de marzo, ella fue a visitar a su comadre y recuerda que esa noche emitieron la alerta roja.

“Ahí comenzó todo, todos se estaban yendo a reunir con su familia, desde ahí teníamos que estar en nuestras casas. Yo me vine para acá donde vivo con mis amigos, ellos son una familia salvadoreña”, narra.

Desde el 8 de marzo hasta al 4 de mayo las salidas de Gabriela eran solo al balcón, todos permanecieron encerrados y solo salía una persona para hacer compras y botar basura.

Los primeros días de la cuarentena dice que no los sintió mucho ya que hacia diversas cosas para pasar el tiempo, pero al pasar las semanas y ver las noticias sobre la cantidad de fallecidos por el virus, comenzó a verse afectada en el ámbito emocional.

“A las 5:30 p.m. estaba frente al televisor, esperando saber cuantos muertos habían, y ya no pensaba en cuántas personas, sino en las familias que perdían a sus seres queridos” relata.

Gabriela tiene tres quistes en su columna, que no le afectaban antes, pero en esos días, debido al estrés por esa situación, comenzó a sentir molestias y dolores. “Me afectó mucho, yo estaba muy preocupada y veía que no podía ir a un hospital porque me iba a contagiar, y decía ‘si voy a un hospital necesito recetas de un doctor, pero ellos no están atendiendo sino es urgente’ no valía la pena ir”. Ahora, vive con la incertidumbre de que venga un nuevo confinamiento.