Agentes de la Unidad de Mantenimiento del Orden (UMO) ingresaron al gimnasio Adolfo Pineda situado a un costado del parque Cuscatlán en San Salvador por un “posible amotinamiento” de las personas alojadas en ese centro de contención.
Uno de los albergados relató a El Diario de Hoy que uno de los motivos por los que las autoridades llegaron a ese lugar fue el malestar que las personas ahí retenidas, en su mayoría deportados de los Estados Unidos. Los encuarentenados protestaron por falta de pruebas para determinar si están o no contagiados de COVID-19 a más de 31 de días de cuarentena y también “por la falta de asistencia médica”.
El albergado se quejó de que el viernes a las 3:00 de la madrugada una joven convulsionó y casi muere por la falta de personal de salud.
Agentes de la UMO explicaron que el procedimiento era “de rutina”, y que habían llegado no por quejas, sino porque realizarían un proceso de desinfección en las instalaciones. Para confirmarlo, mostraron las bombas de fumigación que utilizarían. Otros dijeron que se escucharon gritos en el gimnasio.