Vista panorámica de la colonia Vista al Lago, plagada de pandilleros de la MS, quienes asesinaban a cualquier extraño que llegaba a esa zona. Policía realizó un operativo en el que capturó más de un centenar de MS acusados de varios homicidios. Foto EDH/ Archivo
Todos fueron acusados en un Juzgado Especializado de Instrucción por el delito de privación de libertad. En el caso de quienes participaron en los crímenes de los soldados de la Fuerza Armada se les acumulará el delito de homicidio agravado cuando se confirme que las osamentas halladas en el cementerio pertenecen a las víctimas.
Soldados caminaron cuatro kilómetros para ser asesinados
Las investigaciones del Ministerio Público indican que los delincuentes utilizaban el predio desolado de Lomas de Changallo para deshacerse de sus víctimas. A ellas las interceptaban en la populosa colonia Vista al Lago y luego las obligaban a caminar entre veredas para matarlas con lujo de barbarie.
En el caso de los soldados Leonidas Enrique Morales Morán, Nelson Omar Díaz López, ambos de 22 años; así como Saúl Humberto Turbín Gómez, de 24, y Wilfredo Pérez López, de 26, fueron asesinados el 10 de octubre de 2016.
Eran originarios de Sonsonate y Ahuachapán. Ese día se dirigían a la Fuerza Aérea Salvadoreña, en Ilopango, para recibir un entrenamiento, pero se equivocaron de unidad de transporte y se subieron en un microbús de la Ruta 29-A que los llevó a la colonia Vista al Lago, que es asediada por la MS.
Los pandilleros interceptaron a los militares en la unidad y al descubrir que no residían en el lugar, y que además eran de la Fuerza Armada, los obligaron a bajar. Luego los condujeron a la casa comunal donde los sometieron y vapulearon.
En menos de diez minutos, los pandilleros planearon movilizar a los soldados a bordo de una buseta de la Ruta 29-A desde ahí hasta un lugar conocido como “El Molino”, para luego obligarlos a caminar unos 45 minutos entre veredas repletas de vegetación.
La colonia está construida en medio de barrancos que terminan en quebradas de aguas negras y lluvias que desembocan en el Lago de Apulo. Por eso a los delincuentes se le hizo fácil desaparecer a los cuatro soldados en esa zona escabrosa.
El Molino era un sitio estratégico para la pandilla, pues era una de las principales vías que tenían para escapar hacia las montañas cuando los policías los perseguían.
Ese mediodía, muchos habitantes vieron cuando el grupo de delincuentes sometía a las víctimas, pero en ese bastión de la MS hablar es sinónimo de muerte, según las fuentes policiales que patrullan desde hace varios años la zona.
Los militares iban en fila con las manos en la cabeza y con un paso ligero. Los introdujeron en la montaña y al llegar a un lugar donde los mareros acostumbraban fumar marihuana y planear crímenes, volvieron a golpear a los soldados y les ataron las manos con las cintas de sus zapatos.
Luego siguieron la ruta donde pasaron por la primera vivienda; siguieron en una reducida vereda hasta llegar a un bordo de tierra donde los pandilleros tenían visibilidad para toda la quebrada.
Continuaron el camino y después de caminar por diez minutos aproximadamente, llegaron a otras casas. Luego siguieron el camino hasta llegar a una canaleta de aguas lluvias donde los asesinaron con lujo de barbarie. A machetazos.
Policía de Aguilares estaría enterrado en ese cementerio
El Ministerio Público ha revelado que un agente de la Policía que estaba destacado en Aguilares también habría sido asesinado y enterrado en el mismo cementerio donde están los soldados.
La institución no reveló otros datos sobre la víctima, como la identidad ni cuándo ni dónde desapareció.
El director de la Corporación, Howard Cotto, manifestó que sí se tiene información de que en el cementerio clandestino podría estar el cadáver del agente de Aguilares.
Sin embargo, él también se negó a brindar más información sobre la víctima, según explicó, para evitar especulaciones.
“Creo que no vale especular hasta que ese hallazgo se dé y que materialmente logremos determinar los cuerpos de qué personas son los que se encuentran ahí… Hay que pensar mucho, cuando nosotros damos esto a los medios de comunicación, en las víctimas. Detrás de ellos hay familias, hay hijos, hay padres, hay madres, y uno tiene que pensar en ellos, no puede generar expectativas sobre lo que no va a suceder ni dejar de mencionar lo que es posible lo que suceda”, sostuvo Cotto.