Juanita tenía todo listo para iniciar la escuela el pasado lunes 22 de enero. Iría a segundo grado. Su madre le había comprado un bolsón nuevo, rosado y de princesas. Estaba alegre porque en la alcaldía del lugar donde vive le habían regalado diez dólares para iniciar el año escolar en una escuela del pueblo.
Pero la niña de 11 años aún no ha usado su bolsón y los diez dólares siguen ocultos en una de los cuartones tilosos que sostienen la casa de lámina donde vive junto a sus padres y hermanos. En esta humilde champa hay pobreza por donde se vea. Juanita es pobre.
Desde la fría madrugada del sábado 20 de enero, la menor se debate entre la vida y la muerte en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital de Niños Benjamín Bloom. Juanita tiene seis heridas letales de bala en su cuerpo que la tienen al borde de la muerte. Juanita está grave.
“Juanita” está ingresada en el hospital Benjamín Bloom con múltiples heridas en su pequeño cuerpo tras ser herida en un ataque a su vivienda con armas de fuego. En el hecho, otros familiares también fueron lesionados.
La niña se encuentra en el hospital, está conectada a varios aparatos que le permiten vivir, no despierta y su estado de salud es delicado. Tiene lesiones de bala que le dañaron los intestinos grueso y el delgado, dañó en el ovario derecho, lesión en el útero, perforación en la pierna izquierda, herida en arteria femoral y quebradura en fémur derecho. Juanita tiene un daño para toda la vida.