ANDA retrasará hasta jueves o viernes la normalización del servicio de agua

El presidente de la autónoma pidió, ayer durante conferencia de prensa, que no se generara una falsa expectativa de que el jueves o viernes todos los habitantes del Gran San Salvador iban a tener normalizado el servicio de agua potable.

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Habitantes de Soyapango, una de las zonas más afectadas por el corte de agua, se abastecieron de las pipas. Foto EDH / Yessica Hompanera

Por Jorge Beltrán

2019-10-27 8:30:06

El presidente de la Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados (Anda), Frederik Benítez, dejó entrever ayer al mediodía, que la normalización del servicio de agua potable podría tardar hasta el viernes próximo.

El Martes que dieron el anuncio, la autónoma se comprometió a restablecerlo paulatimente y el miércoles todos los sectores afectados ya tendrían agua. Incluso, el sábado pasadas las 10 de la noche informaron vía Twiter que lo harían ese día.

“Que no se genere una falsa expectativa que ya el jueves o viernes vamos a tener agua todos en el gran San Salvador, eso no es así. Será hasta el siguiente año, cuando esté terminada la planta”, expresó.

“Eso no significa que la gente el viernes próximo va a tener agua las 24 horas, que no se equivoque la población. Eso es un proceso. Eso es el primer paso. Eso va para largo”, dijo el funcionario (refiriéndose a la conclusión de los trabajos en la planta potabilizadora Las Pavas), durante una conferencia de prensa realizada en esas instalaciones ubicada en San Pablo Tac achico, La Libertad.

“Este paro que estamos haciendo ahora no significa que cuando llegue el agua ya normal, tipo miércoles o jueves vamos a estar mejor. Este es el primer paso que estamos dando para arreglarla”, dijo Benítez, quien también explicó que los trabajos en Las Pavas es parte de un proceso.

“Lo que hemos hecho ahora es un aislamiento, dividir la cisterna, una parte seca y otra con agua, para poder trabajar la parte donde no hay motores. Es un proceso”, insistió Benítez.

La planta potabilizadora de agua denominada Las Pavas comenzó a funcionar con seis motores que la hacían capaz de proveer 3 metros cúbicos por segundo a los usuarios del Gran San Salvador, pero que ahora solo está produciendo 1.2 metros cúbicos.

Dos pipas de agua llegaron a la colonia Las Margaritas 5ta etapa en Soyapango. Foto EDH/ Yessica Hompanera

Sin embargo, tres de esos motores dejaron de funcionar y nunca se hizo nada para repararlos; la planta en su totalidad, según el presidente de ANDA, está totalmente descuidada por falta de mantenimiento, según han aseverado varios funcionarios del actual gobierno en sus redes sociales.

“Creo que la población se está confundiendo. Esto que estamos haciendo lo teníamos que hacer para traer los motores e instalarlos. Lo que hemos hecho ahora es una parte del rompecabezas, y ese rompecabezas tiene 100 piezas, lo que hemos hecho es poner una de esas piezas”, expresó.

Desaliento para habitantes de Soyapango, Ilopango y San Martín

“Las (residenciales) Altavista van a seguir con el problema (de servicio irregular de agua), igual que Soyapango, hasta que terminemos todos los trabajos, y todos los trabajos los vamos a terminar hasta el siguiente año”, aseguró ayer, el presidente de la autónoma.

Benítez dijo que Soyapango, Ilopango, San Bartolo y San Martín son los municipios que están más alejados de la planta Las Pavas y por eso es que tienen un servicio muy irregular de agua.

Como una solución para los habitantes de la zona oriente del Gran San Salvador, el actual gobierno prevé echar mano de las aguas del lago de Ilopango.

“Tenemos un reservorio natural, el lago de Ilopango, que está a siete kilómetros de Altavista y Soyapango. Potabilizar el agua sale más barato que mandarles el agua hasta allá”, dijo el funcionario.

Las palabras del presidente de la autónoma contradicen la promesa que el jueves anterior les hizo a habitantes de la quinta etapa de la colonia Las Margaritas, en Soyapango, a quienes según vecinos consultados ayer en la mañana, les prometió que tendrían un mejor servicio de agua en cuanto terminaran los trabajos de reparación de la planta Las Pavas.

En Altavista desde hace cinco meses el agua ha sido racionado. Foto EDH/ Yessica Hompanera

De acuerdo con una habitante de Las Margaritas, el funcionario les mintió, incluso al decirles que les echarían el agua todo el viernes para que se abastecieran y estuvieran preparados para el corte de agua que iniciaría el sábado y terminaría varios días después.

“Aquí vino y nos dijo que nos iban a echar el agua el viernes pero fue pura paja (mentira); ya llevamos 13 días sin agua”, dijo otro vecino de la quinta etapa de Las Margaritas.

Sin embargo, los habitantes de esa comunidad no negaron el beneficio en que ha derivado la reparación de Las Pavas, pues ayer en la mañana, no menos de cuatro camiones cisternas llegaron a ese mismo sector, cuyos habitantes aseguran que lo habitual es que pasen sin agua hasta 15 días.

Otro tanto ocurrió con algunos sectores de la residencial Altavista, donde un vecino que dijo ser empleado del gobierno, aseguró que hasta septiembre les cayó el agua a los 14 días; pero que en este mes la situación ha mejorado porque se las han estado echando cada ocho días.

Desvelos y gastos para paliar la crisis

Tanto en Las Margaritas como en Altavista, vecinos de los sectores que ayer fueron abastecidos con pipas, dijeron que el problema de abastecimiento lleva años, lo cual les genera costos económicos, ya que deben comprar por lo menos un barril diario, a un costo de dos dólares; eso sin contar el agua para consumo que compran a los camiones de empresas que la distribuyen, o en los supermercados.

“Aquí es un problema terrible eso. Con mi hija nos turnamos para desvelarnos, en espera de que agarrar un poquito de agua. En esta época el asunto es menos porque cuando llueve bastante agarramos agua para los sanitarios y otros oficios de la casa”, indicó.

De acuerdo con vecinos consultados, en esas comunidades, una familia de cuatro miembros gasta no menos de un barril al día.

Ayer en Altavista, en los polígonos 6 y 7, fueron pocas las familias que aprovecharon el agua que les llevaron las pipas.

La mayoría, dijeron vecinos, no sabía que iban a llegar las pipas y fueron a la iglesia o andaban comprando en el mercado. “Lo bueno es que hace cuatro días que cayó y algunos han de tener todavía”, dijo un lugareño.

Los soldados ayudaron al traslado de los recipientes con agua para agilizar el trabajo. Foto EDH/ Yessica Hompanera