En el Coliseum Alfonso Pérez, dónde tradicionalmente siempre lo pasa mal, el Barcelonaresurgió para sumar sus primeros tres puntos de la temporada como visitante, en un partido en el que el equipo volvió a transmitir dudas y demostró poca brillantez y un juego previsible.
Sin Jordi Alba en el lateral izquierdo, Valverde apostó de nuevo por Júnior Firpo. El dominicano, desde el principio, lo pasó mal. No pudo con su principal marcador, Jason, ni con el uruguayo Damián Suárez, que le ganó la partida en todos sus intentos de ataque.
La fragilidad defensiva que mostró el Barcelona por su costado izquierdo fue un arma que intentó aprovechar el Getafe, que durante muchos minutos intentó volcar su juego por esa zona ante la atenta mirada de Valverde, que, de brazos cruzados en su área técnica, presenció como su equipo se desangraba.
La suerte y el acierto de Ter Stegen hicieron que el Barcelona no encajara en la primera parte. Como en un parada salvadora a Ángel, a los 21’, impidió el gol de los locales.