La admirable labor de Vicky, una joven graduada de la UJMD que cambia vidas en El Salvador

Vicky Mirón es una joven psicóloga digna de admirar. A sus 28 años, dedica su vida completa a cambiar vidas en El Salvador. Día con día viaja hasta el Complejo Educativo Católico San José de Lourdes, Colón, con una gran motivación: ayudar a sus alumnos, maestros y padres de familia a enfrentar los enigmáticos problemas sociales en los que se ven inmersos. Ahí, se desempeña como psicóloga educativa.

Ella se graduó como Licenciada en Psicología de la Universidad Dr. José Matías Delgado (UJMD), donde asegura que adquirió las competencias necesarias para generar un impacto positivo en el país y descubrió el secreto de su vocación: trabajar con niños y adolescentes; ya que son la base de la sociedad.

“A nivel profesional yo me definiría precisamente como una psicóloga dedicada, responsable con mi profesión y que busca estar en aprendizaje continuo, con el objetivo de responder a las necesidades que la misma sociedad exige. Soy una profesional apasionada”, dice Mirón.

Bajo esta máxima, se ha abierto paso en el competitivo mundo laboral y destaca por su profesionalismo, integridad y el fuerte compromiso social, características que la UJMD se encarga de forjar en sus alumnos.

Destruye barreras y enseña a soñar

Según detalla Vicky, en el centro educativo para el que labora se encarga de brindar atención psicológica a los estudiantes, psicoeducación a padres de familia, acompañamiento a maestros e imparte la materia de Orientación para la Vida a los estudiantes de bachillerato.

Pese a que, cuando obtuvo su título universitario el año pasado, diversas oportunidades laborales se presentaron, la oferta que más peso tuvo fue la del complejo educativo; pues la demanda psicológica en el territorio es muy alta.

“Me ha gustado siempre esta labor de compartir conocimientos. Muchos dirán que hay mejores oportunidades para destacar. Pero para mí, impactar en la vida de alguien no tiene comparación. Todo va más allá de la remuneración económica”, apunta.

Aunque reconoce que trabajar en la zona, al principio le atemorizó, los resultados con la comunidad que atiende le han permitido dejar en segundo plano todo tipo de estigmas.

“De repente hay momentos en los que uno se cuestiona si vale la pena lo que está haciendo y al darse cuenta de los alcances, la pregunta se responde sola. Eso para mí ya es el mejor logro”, menciona.

En su rol como docente, la joven resume su estrategia en trasmitir su conocimiento, de la misma manera en la que en su momento lo recibió de parte de catedráticos altamente capacitados y ejemplares en su Alma Máter. Afirma que el secreto dentro de las aulas de la UJMD es formar profesionales con sentido humano para que vivan como agentes de cambio, trabajen con pasión y mejoren la calidad de vida de los demás.

Formación integral

Y es que, precisamente el referido centro de estudios superiores cuenta con excelentes procesos educativos y catedráticos con amplia trayectoria, que garantizan el nivel de aprendizaje en sus estudiantes, mediante prácticas, teoría y formación humana.

“Yo recibí bastante apoyo de muchos profesionales en la universidad, quienes me motivaron, con su profesionalismo. Cuando uno ve a un profesional muy ético: motiva, da ese impulso con su vida, inspira y enseña cómo ser. Maestros de ese nivel tiene la UJMD; indiscutiblemente, haber sido formada por ellos me ha permitido llegar hasta donde me encuentro”, puntualiza la recién graduada.

La destacada profesional también atiende casos específicos de personas que necesitan atención psicológica y no tienen los suficientes recursos económicos para acceder a los servicios de salud mental. Mientras que, paralelamente cursa una maestría con doble titulación en Psicoterapia Infanto Juvenil y Psicología Clínica Infanto Juvenil, en el Instituto Superior de Estudios Psicológicos (ISEP) de Barcelona, España.

Tras la admirable labor de Vicky, no queda duda que todos los elementos que componen el modelo educativo de la UJMD están encaminados a graduar profesionales integrales, capaces de enfrentar la incertidumbre y el cambio desde la experiencia.

“Si me dieran a escoger nuevamente mi carrera, yo volvería a elegir psicología, una y otra vez; porque me doy cuenta de la necesidad que hay y el impacto que tiene a nivel social, eso es muy gratificante. Si me preguntan si vuelvo a escoger la UJMD, sin titubear es un sí; porque la calidad de docentes como los que tuve y la formación integral que recibí, es difícil de encontrar en otra institución. A quienes están por iniciar su carrera, solo puedo recomendarles que sigan su corazón; no hay mejor trabajo que el que se hace por vocación”, concluye la experta en psicología.