Rebeldes, con o sin causa, ha habido muchos en la historia de los Mundiales. Algunos hasta se han pasado de la raya y han causado tanto malestar en el seno de sus equipos que terminaron siendo separados de las plantillas definitivas de la competencia por sus respectivos entrenadores o federaciones nacionales.
El caso más reciente fue Nikola Kalinic, de Croacia, quien supuestamente por negarse a jugar un partido de su equipo ante Nigeria, por la fecha 1 del grupo D de Rusia 2018, colmó la corta paciencia de su entrenador Zlatko Dalic, quien lo terminó echando de la concentración.
El técnico justificó dicha decisión con una supuesta lesión que el futbolista sufría en la espalda. Sin embargo, fue un problema recurrente en los amistosos contra Inglaterra y Brasil y que se repitió mientras Kalinic hacía el calentamiento antes de entrar como sustituto al campo.
Seleccionador de Croacia expulsa a jugador en pleno Mundial
Según un diario local, la decisión del técnico bosnio que dirige a Croacia se debió a que el jugador no quiso entrar a jugar los últimos minutos del partido ante Nigeria
No es la primera vez (ni seguramente será la última) en que un elemento abandone en pleno torneo por una razón por un desacuerdo mayor con la interna. En 2014, la selección de Ghana tuvo que prescindir de dos de sus estrellas por un caso de grave indisciplina.
Aquella vez, Kevin-Prince Boateng y Sulley Muntari dijeron adiós luego del segundo partido del Mundial de Brasil. El delantero germano-ghanés insultó al técnico Kwesi Appiah en medio de un entreno, mientras que el volante agredió a un miembro de la federación ghanesa.
Nicolas Anelka y Raimond Domenech durante la Copa del Mundo Sudáfrica 2010. Foto/Internet
Este caso nos recuerda al lamentable incidente ocurrido en Sudáfrica 2010 en la selección francesa, donde el jugador Nicolas Anelka tuvo un roce con el entonces entrenador Raymond Domenech. En el descanso de la derrota 2-0 ante México, el del delantero llamó “sucio hijo de p…” a su seleccionador, lo que terminó de romper un camerino que ya venía con los ánimos caldeados.
Otros sucesos parecidos empañaron la fiesta del 2002 en Corea del Sur y Japón. Por un lado, el irlandés Roy Keane fue apartado de la convocatoria definitiva por criticar la logística y las canchas de entrenamiento elegidas por su técnico Mick McCarthy, quien calificó a su capitán como “influencia perturbadora” para sus compañeros. Por otra parte, Zlatko Zahovic fue expulsado del equipo de Eslovenia por insultar a su técnico Srecko Katanec cuando lo sustituyó en un partido ante España.
También en 1998 ocurrieron cosas parecidas: el colombiano Faustino Asprilla insultó al DT Hernán “El Bolillo” Gómez por sustituirlo en un juego ante Rumania, lo que le valió el adiós. Diferente fue con los sudafrianos Brenan Augustine y William Mokoena, expulsados por escaparse por la noche del hotel de concentración.
Stefan Effenberg, jugador marginado de la selección germana en la Copa del Mundo 1994. Foto/www.dfb.de
Pero la indisciplina también ocurre hasta en las mejores familias. Alemania tiene el récord en este tipo de casos, pues separó a tres jugadores a lo largo de su historia en los Mundiales.
La primera vez, en 1934, Sigmund Haringer fue expulsado por desobedecer la orden de su técnico de no comer naranjas durante el torneo disputado en Italia (supuestamente bajaban el rendimiento de los jugadores). Luego, en México ’86, el portero Uli Stein fue despedido por llamar “payaso” al técnico Franz Beckenbauer. Finalmente, en 1994, Stefan Effenberg se ganó el boleto anticipado a casa tras dedicar un gesto obsceno y las palabras “fuck you” a unos aficionados que lo chiflaban durante un juego ante Corea del Sur.