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Sus defensores consiguieron trasladarlo a su prisión-hotel tras un acuerdo con sus propietarios, accionistas españoles oriundos de Barcelona.
“Jamás pensé pasar por una situación así”, dijo el ex ídolo del FC Barcelona, AC Milan y el París Saint-Germain, entre otros, en la única entrevista que concedió al diario ABC local el 26 de abril.
Para la defensa, Ronaldinho es una víctima de grupos de falsificadores con conexiones en la Policía de Migraciones, quienes le acercaron pasaportes de contenido falso para utilizarlo cuando ingresó a Paraguay el 4 de marzo.
Dos días después fue detenido al igual que su hermano.
Detrás de ellos fueron aprehendidos otras 16 personas, en su mayoría funcionarios de la Policía y de la Dirección de Migraciones, cuyo jefe fue destituido.
El exjugador brasileño había ido a Paraguay para presidir un acto de beneficencia relacionado con la promoción de niños pobres y tenía previsto además inaugurar un casino regenteado por un empresario de su país.
Los hermanos De Assis Moreira presentaron los documentos paraguayos al arribar al aeropuerto internacional de Asunción que les habían gestionado los promotores de su venida.
Ronaldinho, quien dijo haber aportado todo lo que sabe para colaborar con la pesquisa, pagó 1,6 millones de dólares como garantía para que el juez decretara su prisión domiciliaria y la de su hermano. En el hotel estaría pagando 700 dólares diarios por el hospedaje.
“En este caso vinimos a participar del lanzamiento de un casino online y para el lanzamiento del libro autobiográfico ‘Un crack de la vida’ con la empresa que tiene los derechos de explotación en Paraguay”, había manifestado el Balón de Oro 2005.
Dijo que su único interés “fue llevar alegría a la gente con mi fútbol”.
Recordó que tenía previsto retornar el 7 de marzo a Brasil para festejar el cumpleaños de su hijo. “Sobre lo que pasó después ya no sé”, relató entonces.