Un panorama muy diferente al de otras ocasiones, anoche en el estadio Cuscatlán. La pandemia limitó el número de aficionados, pues solo se permitía el 30%, que no se cumplió en su totalidad. Sin embargo, los que llegaron no dejaron de demostrar el amor que sienten por el azul y blanco.
Muchos factores influyeron para que el número de personas fuera poco.
El presidente de la Federación, Hugo Carrillo reconoció que los últimos problemas influyeron: "No podemos negar que los problemas que pasan factura, tocan a la familia del fútbol. Además de que el partido será transmitido. Yo agradezco a las personas que vinieron a apoyar a la Selecta y demuestran ese cariño por el equipo nacional", dijo a KL.
Fueron un poco más de nueve mil boletos los que estaban a disposición y aunque a minutos del inicio del partido no había un dato exacto de las ventas, Carrillo aceptó que todavía habían muchos en ventas. Mientras otras quedaron con los revendedores.
Puro corazón
Como es tradición en las calles de San Salvador, el tráfico estuvo complicado y se convirtió en el rival que la afición tuvo que sortear, para llegar a tiempo. Algunos comentaron que desde la zona de Soyapango al estadio habían tardado hasta dos horas para llegar.
Como también es un clásico, previo a entrar al estadio se vieron a varios grupos compartiendo y "agarrando ánimos", como ellos lo mencionaron, con algunas bebidas y comidas.
Los lugares donde vendían estuvieron abarrotados, no solo por quienes cenaban, sino también por los que estuvieron pendientes de los televisores para terminar de ver el compromiso de la Sub 23 contra Haití, en el Preolimpico.
La Azulita ganó y lo llamaron como el presagio de lo que sucedería después con el equipo mayor.
Una de las novedades con este partido de la Selección fue la moda de las mascarillas, que llevaban desde la tradicional ES, hasta algún símbolo patrio, sin omitir las personalizada.