El badmintonista Uriel Francisco Canjura Artiga escribió una nueva página en la historia del deporte nacional, tras obtener dos medallas de plata en los I Juegos Panamericanos Junior Cali- Valle 2021.
Ambas preseas tienen un valor inédito por ser las primeras medallas de este color ganadas en un evento como este.
Al finalizar su participación en Cali, Uriel visitó a su familia en la Comunidad San Antonio, en el cantón Platanares, de Suchitoto, en donde fue recibido en su humilde hogar con un cartel de bienvenida.
Lo primero que hizo al bajar del microbús fue abrazar a Josetty Marina Artiga, su madre y a Allan Antonio Ardón, su hermano, a los que no veía desde hace más de 11 meses. También pudo saludar a sus primos y amigos de su comunidad, quienes le aplaudían y le gritaban con mucha emoción: ¡Felicidades, Uriel!
Los familiares de Uriel atesoran cada una de sus medallas así como fotos de sus inicios en el bádminton, principalmente su madre. La vida de Canjura tomó un giro diferente a sus tres años, cuando su madre decidió hacer una nueva vida al lado de Antonio Ardón, quien también vivía en su comunidad.
Según comentó Uriel, sus inicios en el bádminton se dieron a través de su padrastro, quien pudo ganarse el amor y respeto al pasar de los años, los cuales se mantienen intactos hasta la fecha.
En la actualidad, y a pesar de que su madre y Antonio ya no son pareja, él lo continúa respaldando como el padre que fue por muchos años.
Canjura mencionó que al reflexionar sobre el lugar en el que creció, y observar la cancha de tierra que fue construida para él y sus amigos de la comunidad, con la finalidad de que tuvieran un lugar donde jugar, terminó marcando su vida.
“Aquí comencé hace doce años, es donde fueron mis inicios. Como se puede ver, aún siguen jugando, fue una larga trayectoria, un camino muy difícil para poder llegar a los Juegos Panamericanos” dijo el medallista.
Uriel Canjura logró dos platas y Fátima Centeno una en bádminton del Juegos Panamericanos Junior
Habilitar la cancha, según explicó Canjura, fue idea de su padrastro, quien en 2006 comenzó a trabajar en la Federación Salvadoreña de Bádminton, en San Salvador, en el área de servicios generales, tiempo en que tuvo la oportunidad de ir conociendo y aprendiendo sobre los entrenamientos de los atletas, por lo que se dio cuenta que Uriel podía tener el talento para esta disciplina.
“Recuerdo que, cuando tenía como ocho o nueve años, Antonio me trajo un volante y dos raquetas, hizo una net con una malla de unos sacos y me dijo: vení, vamos a jugar bádminton”, mencionó el jugador.
Uriel explicó que él jugaba fútbol en una cancha cerca de su casa y que, poco a poco, le fue perdiendo el interés al descubrir que era mucho más divertido el bádminton, tanto que terminó participando en campeonatos nacionales.
“Antonio empezó a trabajar con la federación y cuando trajo todo para jugar, fue algo nuevo y nos terminó gustando a mis amigos y a mí. Gracias a Dios, pude conocer el bádminton porque con él he podido llegar hasta aquí”, reiteró Uriel.
Por su parte, Ardón comentó que de tanto ver de cómo entrenaban, le empezó a gustar el deporte y aprendió por unos meses solo observando a los entrenadores la técnica que se usaba con los atletas y pensó que sería bueno implementarlo en su comunidad y más con su hijastro.
“Al ver cómo jugaban, me despertó el interés por conocer el deporte, incluso a jugarlo. La federación me daba la oportunidad de recibir cursos para entrenador y así inició la historia”.
El ahora gerente administrativo de la Federación comentó que en 2009 se trasladaron al Centro Internacional de Ferias y Convenciones, a un nuevo local y fue donde él solicitó que el material deportivo que ya no era utilizado o que estaba en mal estado se le donara para practicar bádminton en su comunidad.
“Con el material que me regalaron les empecé a enseñar lo poco que sabía e improvisar una red, con materiales reciclados. El espacio no daba las medidas de una cancha oficial, pero adecuamos el patio para poder jugar y terminamos con una cancha reglamentaria de tierra”, detalló Toño, como le dicen sus vecinos.
En junio de ese mismo año, Ardón dijo que los niños de su vecindario, por iniciativa propia, le solicitaron que los entrenara, ya que tenían la meta de ir a ganar medallas a las competencia que la federación organizaba.
“En 2010 hubo una eliminatoria nacional y me dieron la oportunidad de inscribir a Uriel y a los niños que yo tenía. Para sorpresa, de cuatro plazas de las que se dieron para un Panamericano Junior en República Dominicana, dos de esas fueron ganadas por los niños que yo entrenaba, entre ellos se encontraba Uriel”, recuerda con agrado Ardón.
Por su parte, la madre de Canjura comentó que Uriel siempre fue muy tranquilo desde pequeño y no dio ningún problema, y parte de las vivencias que ha podido experimentar en el proceso de su hijo fue verlo desarrollar la constancia y perseverancia.
“Uriel no necesitaba que nadie lo levantara para entrenar, a las 6:00 a.m. todos los días se despertaba para darle al volante en la pared, y en ocasiones si le decía: Uriel, déjame dormir, pero él seguía con el volante dándole en la pared”, dijo la madre orgullosa.
Jossetty expresa que le costó desapegarse de Canjura a tan corta edad, ya que por los resultados del joven badmintonista empezó a viajar y a competir por diferentes países, y ahora que mira a su hijo regresar es la mamá más orgullosa del mundo.
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“Desde chiquito siempre lo he aconsejado, aún ahora con 21 años le digo lo mismo: que no pierda la humildad, ser sociable, y que cuando le pidan ayuda, debe ser servicial y ayudar sin esperar algo a cambio, más cuando las condiciones nuestras son mejores que los demás”, detalló la madre del medallista.
Ella agregó que se encuentra consciente de que su hijo ya ha crecido y que el deporte es el que le ha abierto sus oportunidades, a pesar del sacrificio de estar lejos, lo apoya porque sabe que está bien y está feliz realizando su sueño.
Pero Canjura debe continuar con sus actividades en el bádminton, ya que luego de su travesía por Colombia debe tomar parte del Campamento Panamericano que se realiza en el país, y posteriormente competir en la tercera edición de El Salvador Internacional, que se efectuará a mediados de diciembre.
Por el momento, se despidió de su familia con muchos abrazos, y por supuesto de su madre, que le expresa el amor de siempre. “Cuídate mucho hijo, que Dios me lo cuide, te amo mi amor”. En tanto, el atleta también abrazó a su hermano.
Después de cumplir con los compromisos deportivos, Uriel deberá regresar a su casa a finales de diciembre, y posteriormente partirá a España nuevamente para continuar con la temporada del bádminton europeo.
En la actualidad Uriel milita en el Club de Bádminton Oviedo, España, en donde se encuentra activo en la División de Honor de la Top8 LaLiga Sport 2020-2021.
Es un joven que sueña con terminar su carrera de mercadeo y apoyar a los niños de su comunidad y se enfoca en seguir haciendo lo que tanto ama: jugar bádminton.
“Quiero apoyar a los niños que tengan la oportunidad que yo tuve y enseñarles que ellos también pueden, las cosas pasan por algo hay que ser perseverantes”, aseguró el atleta.