Uriel Canjura, del fútbol a ser abanderado en Juegos Olímpicos de la Juventud

El joven inició en el deporte pegándole a la pelota con los pies, pero cambió radicalmente y ahora es el abanderado del país en Buenos Aires 2018

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El salvadoreño Uriel Canjura portará la bandera nacional en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de la Juventud, el sábado, en Buenos Aires. / Foto Por Cortesía COES.

Por César Najarro/Con reportes de Eva Linares

2018-10-02 4:19:41

El nombre de Uriel Canjura pudo haber aparecido en algunas de las nóminas de la Selección Sub-17 o Sub-20 que cada tanto comparte la Federación Salvadoreña de Fútbol (Fesfut).

Pero el destino, a través de una serie de casualidades, quiso que estuviera en otra lista: la de los atletas salvadoreños que participarán en los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018, que se desarrollarán en Argentina desde este sábado hasta el 18 de octubre.

Tenía 9 años cuando archivó su pasión por el fútbol y le dio paso a una nueva aventura.

Fue clave la intervención de Andrés Ardón, su padrastro: “Todo inició porque él, que trabajaba en la Federación Salvadoreña de Bádminton, llevó unas raquetas a mi casa. A mí me gustaba el fútbol, tenía once balones y solo pasaba jugando. Pero con las raquetas, nos pusimos a en el patio de la casa y él me empezó a enseñar, yo fui entrenando poco a poco hasta poder entrar a torneos”.

Armando Bruni, Presidente de la federación, recuerda su inicio: “Uriel es de Suchitoto. Justo el padrastro estaba a cargo de esa escuela, así que se le facilitó. Empezó sin zapatos y en una cancha de tierra, pero le gustaba y vimos que tenía condiciones. Es un muchacho humilde y trabajador”, explicó.

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Viendo su plasticidad y habilidad, cualquiera pensaría que nació para jugar al bádminton. Pero todo fue parte de un proceso de aprendizaje. Llegar a Buenos Aires 2018, donde además fue elegido para portar la bandera en la ceremonia inaugural, implicó una serie de sacrificios que al final tuvieron frutos.

El reto era ascender en el ranking juvenil, remontar casi unos 50 puestos quedar entre los primeros 26 del mundo. Era la única manera de que lograra el boleto. Para eso, en una estrategia elaborada entre su federación y el Comité Olímpico de El Salvador, Uriel se embarcó en una aventura hacia Europa de dos meses y medio.

Uriel Canjura, durante uno de sus partidos pasados.

Por presupuesto, tuvo que viajar solo, sin entrenador, afrontando no solo el desafío deportivo sino el del idioma, el transporte y las culturas diferentes. “Fue de lo más difícil que me ha tocado por el hecho de que era un idioma desconocido, pero preguntando pude llegar a todos los lugares”, recuerda hoy.

No obstante, hubo momentos de zozobra, como cuando en Polonia tomó un tren equivocado: “Me subí en la dirección contraria, y fue gracioso porque yo miraba que todos se iban para el otro lado. Me afligí porque podía perder el torneo, pero al final solo quedó en una anécdota”.

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En tierras europeas, desde Polonia a Italia, desde Suecia a Hungría, Uriel logró sumar puntos importantes para su sueño. “Trabajé duro y no paré hasta lograr mis metas. Sabía que el camino iba a ser difícil pero no imposible”, dice.

La victoria que más celebró fue cuando ganó una medalla de bronce en Polonia. “Era la primera vez que ganaba fuera del continente y por eso fue especial”, dijo.

A pesar de estar algo alejado del colegio -estudia en el Agustina Charvin en San Jacinto-, practicó matemáticas como nunca. Cada jueves, cuando se actualizaba el ranking juvenil, analizaban con René Madrid, su entrenador, las posibilidades de ascender y lograr la ansiada meta. “Revisábamos el ranking cada semana y nunca perdíamos la ilusión de lograr el boleto a Buenos Aires. Creo que el deporte es perseverancia y aún sigo dándome cuenta de cosas que puedo hacer y mejorar”.

Uriel, aquel niño delantero que se imaginaba anotando goles para la Selecta, hoy sueña con una medalla en los Olímpicos de la Juventud. Sus pruebas inician este próximo domingo.

Ayer, Uriel, junto con Víctor Steiner, Melany Trejo y Gilberto Menjívar (de atletismo) viajaron rumbo a los olímpicos. Los acompañaron dos entrenadores.

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