El día después de la medalla, Herbert Aceituno contó detalles de su logro en Tokio

El parapesista de bronce en los Paralímpicos habló de lo que conversó con su madre y su estrategia para ganar

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Herbert Aceituno posa con la medalla de Bronce en los Juegos Paralímpicos Tokio 2020. Fotos: Cortesía INDES

Por Varinia Escalante / Twitter: @VSkalanT

2021-08-28 3:57:47

Lograda la medalla de bronce en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, el nacional Herbert Aceituno está feliz. Y compartió temas personales que lo ayudaron a conseguir ese éxito.

El salvadoreño contó, a Indes, qué pasó con la conversación por vídeollamada que tuvo con su mamá, Marta Celia. “Lo primero que ella siempre me dice: encomendáte a Dios. Siempre lo hago en competencia”.

“Me dijo: ‘No te pongás triste, tu papá (Gilberto) te va a dar las fuerzas, acordáte de que él te impulsaba a salir adelante. Voy a orar por vos, todo te va a salir bien’”, afirmó.

Herbert se sinceró en que pensó que “estando ella tan lejos” y creía en él, entonces “por qué no luchar hasta el final”. “Darle gracias a Dios de hasta donde hemos llegado, por lo cual veníamos (a Japón) por un sueño paralímpico, y lo hemos cumplido. Creo que cuando te encontrás en las manos de Dios, todo te sale bien, y al final la recompensa fue más grande”, declaró.

Herbert contó que, tras la competencia, pasó a la prueba del doping y no pudo contactarse con su mamá. Lo hizo después y ella “lloró, por andar la camisa” de su padre en la premiación. “Le hice una promesa (papá), que lo iba a cumplir, que una medalla era para Dios y él. Las primeras palabras de ella fueron: le has cumplido, démosle gracias a Dios. Eso me motiva”, expresó.

Sobre su estrategia, explicó: “Somos un equipo, somos amigos (con su entrenador Jorge López). En el primer intento, me dijo: ‘Vamos a subir; y le dije: ‘Por eso hemos venido’. Esa era la estrategia: buscar en cómo hacer presencia”.

“Lo demostramos, porque ellos (rivales) estaban pendientes de nuestros movimientos. Es una estrategia muy efectiva, porque jugamos con el peso corporal. Al final, los 187 (kilos) que probamos fue una decisión de ambos. Él aumentó, dije que sí, y vamos a buscar una medalla. Y acá está. Es una medalla que vale oro. Es de todo El Salvador”.

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