Siguiendo los consejos de papá y mamá, Gustavo Zavaleta ingresó a practicar el triatlón, sin pensar que eso marcaría su vida, siendo un digno representante de El Salvador en este deporte.
“Mis padres siempre nos inculcaron desde pequeños a estar activos en el deporte y estudios. En el 2001 junto a mis hermanos iniciamos clases de natación en el Indes Santa Ana con la supervisión del profesor Jorge Hernández, quien le sugirió a mi padre que intentáramos el deporte de triatlón. Desde entonces empezamos a entrenar, como un pasatiempo. Poco a poco fuimos incursionando más en serio hasta que empezamos a competir dentro y fuera de El Salvador”, cuenta Zavaleta.
Junto a sus dos hermanas (Sonia y Stephanie) y su hermano (Raúl), formaron la dinastía de los “Zavaleta”, en este deporte, generando grandes reconocimientos para el país en diferentes eventos: “Crecer en el deporte y compartir todas esas experiencias en familia tuvo un significado enorme en mi vida”, dijo el segundo dentro de este grupo.
Dentro de los premios que consiguió, considera como uno de los más importantes: “Representar a El Salvador en los juegos CODICADER de Panamá, en el 2006, fue uno de los mejores. Ganamos la medalla de plata, fue la primera vez que el triatlón participaba en los Juegos Centroamericanos junior y nadie se esperaba una medalla”, confiesa, todavía con mucho orgullo por esa conquista.
Esto último también lo guarda como uno de los grandes recuerdos que le dejó este deporte. Pero como todo, también hubo malos momentos que son difíciles de olvidar, uno de ellos: “Entrenando ciclismo con un compañero fuimos arrollados por una vehículo en la carretera que conduce a Chalchuapa, dejándome fuera de acción por tres semanas. Aunque resulté con lesiones de consideración y mi bicicleta casi destruida di gracias a Dios que no pasó a más”, explicó.