La historia de Herbert Aceituno, oro parapanamericano: del bullying a la gloria

Herbert Aceituno fue elegido el mejor atleta de Parapanamericanos Lima 2019. Un éxito al que llegó por un camino plagado de espinas que solo pudo superar con esfuerzo, perserverancia y un enorme talento

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Foto: EDH | Mauricio Cáceres

Por Gustavo Flores | Twitter: @Gusflores21

2019-10-22 6:45:58

Suena el despertador a las 3:30 a.m. en el corazón de Soyapango. Herbert Aceituno se levanta en el medio de la noche y va rumbo a su entreno. Es el mejor de todos los atletas parapanamericanos de Lima 2019, según la reciente elección de internet de los Juegos. El bus lo dejará en el gimnasio del Indes a las 5:45 am, 15 minutos antes de que abran las puertas y empiece su rutina.

Hoy, con el oro colgando de su cuello, dice que “ uno se acuerda de todo el sacrificio que tuvo para llegar a este presente”. No fue poco.

“Al nomás nacer traía la acondroplasia y la hidrocefalía, es aquella que tiene agua en el cerebro, los médicos daban poco tiempo de vida, que no iba a caminar, que no iba a poder hablar. Y si sobrevivía, no iba a poder ser independiente sino que siempre iba a tener una ayuda para moverme”.

Su madre fue el estandarte que le dio fuerza y perseverancia, en definitiva lo llenó de vida: “Para ella fue muy doloroso porque cuando le dieron el alta médica le dijeron que tendría que llevarse a su hijo para que lo disfrutara los pocos días de vida, solo tres días de vida me daban. Lo asombroso que cuando mi madre iba llorando, después de hablar con los médicos, cuando me lleva a casa nos cruzamos con una campaña cristiana, que es donde ella va hoy. Ahí Dios obra en mi y acá me tienen, sano y vivo”.

Foto: EDH | Mauricio Cáceres

La sonrisa de Herbert no se borra ni un instante durante el relato: “Mi mamá estaba muy triste por el diagnóstico, y ahí mismo le hacen la invitación para asistir a la campaña evangélica. Acepta a Dios y ahí fue El quien hizo el milagro. Cuando tuve el chequeo médico, le preguntaron a mi mamá que me había hecho. Ellos (los doctores) no creían y al final es un milagro de Dios que esté aquí a los 33 años”.

Tiene muy claros los riesgos de su enfermedad: “Mucha gente cuando sufre hidrocefalia no vive mucho tiempo porque hay se necesita una válvula en el cerebro. Gracias a Dios que no la tengo y puedo representar a mi país”.

Nada fue fácil en la vida de Herbert. Las espinas aparecían una y otra vez.

-Los primeros años son duros. Muchas veces uno sufre de bullyng, los padres no entienden en ese momento como es el mundo que los rodea. La verdad es que hay mucha discriminación y los padres siempre quieren tener a un hijo de la mejor manera. Ellos nunca me ocultaron y me mostraron para quitar esa barrera del “qué dirán”.

-¿Cuáles fueron los momentos más duros, Herbert?
-Me recuerdo que había niños que no querían jugar con uno. Al principio uno no entiende, dice ‘ah, están enojados’. Pero para los padres siempre está el dolor; ellos sienten el rechazo. Con la madurez ya lo fueron aceptando. La discapacidad no la tengo yo, eso está en la mente y en el cuerpo de los demás.

-Y tus inicios en la escuela, ¿cómo fueron?
-Difícil. Hay muchos que hacen bullyng cuando empiezo a asistir a la escuela. Pero al final eso ya no me importó porque mis padres me fueron demostrando lo que es verdaderamente importante. No voy a negar que es una etapa dura porque uno quiere jugar y adaptarse a los demás… Con el tema de la discriminación, al final dije ‘Dios sabe por qué’. Empecé a estudiar, llegué a bachillerato y ahí me pasó lo mismo. Pero un amigo me dice ‘vamos al gimnasio’. Y yo le decía ‘¿y para qué voy a ir?’ Mi amigo siempre me motivaba para ir. Y bueno, fui.

Foto: EDH | Mauricio Cáceres

Su amigo, Rembert Reyes, mucho tiene que ver con este oro y este reconocimiento de hoy. “Era nuestro hobby, íbamos por la mañana y la tarde. Ahí ya quité el miedo, las barreras y me dije, sí, se puede”.

Acababa de pasar los 20 años y descubrió una nueva vida a través del ejercicio. “El deporte es importante porque te abre muchas puertas. A veces uno piensa que no va a pasar nada con el deporte y sí, abre hasta amistades. Incluso, yo con el deporte me siento motivado. Muchas personas que dicen no puedo, ven mi caso y dicen ‘si él pudo salir, yo también puedo’.

El destino se fue encadenando para este exitoso presente. Compitió a nivel nacional solo por hobby, pero lo vio un entrenador nicaragüense que alertó al responsable de la selección, Jorge López. “Ahí en El Salvador hay alguien que es pequeño y es muy fuerte, en el Comité Paralímpico les caería muy bien” fue el comentario del profe nica a López.

Enseguida empezó la búsqueda de Aceituno durante todo 2015. Pero no lo encontraban. “Al final yo entrenaba con un amigo en común de él, sin saberlo. ‘Me dicen que es de Apopa y no lo encuentro’, decían. Ahí me invitaron al Comité Paralímpico y me dan la sorpresa que tenía un evento en Rio de Janeiro. La verdad, nunca había viajado y me puse muy nervioso”.

-¿Cómo fue, entonces?
-Mis padres se pusieron contentos y a la vez tristes porque nunca me habían dado la oportunidad de ir tan lejos, a otro país. Cómo me iba a sentir en otro país. Ellos me dieron ese valor porque yo estuve compitiendo y se logró la medalla. Lo primero que hice fue hablarles a ellos. El Comité Paralímpico iba creciendo, ganamos la medalla y dimos como el boom. Ahora Herbert Aceituno es muy reconocido, no personalmente sino por los logros que tuvo El Salvador.

Foto: EDH | Mauricio Cáceres

-Es buena tu aclaración que el deporte paralímpico va creciendo en El Salvador.
– Con todo lo que se está haciendo ahorita vamos en buen camino. Hemos tenido muchos chicos de paratletismo que son buenísimos corriendo, rompieron récords y tienen medallas. No solo es pesas, no solo es Aceituno , también influyen mucho la dedicación y el empuje económico de las instituciones. Sería favorable que la empresa privada crea más en nosotros, así como Toyota El Salvador creyó en mi. Muchas veces el atleta recibe ayuda del Gobierno pero también sería bueno que las empresas se acerquen.

Aceituno ganó en Lima 2019 la primera medalla de oro parapanamericana de El Salvador conseguida en la modalidad -65kg en levantamiento de pesas. Y ganó la votación popular como el “Mejor Atleta Hombre” entre todos los deportistas de los Juegos.

Se entrena diariamente en doble turno, llega al Indes por la madrugada para hacer musculación y luego aeróbico. Después, por la tarde, se entrena en un gimnasio cerca de su casa por la accesibilidad. Aceituno no para: “Se vienen dos competencias importantes, tenemos que estar en Manchester y Dubai. Copas del Mundo, en ruta a Tokio. Aquí es por ranking mundial, subimos al 7 del mundo y los primeros 8 del mundo van a los Juegos Paralímpicos. Queremos subir más para estar seguros de clasificar y dar buen espectáculo en Tokio”, finaliza.

Preciso, se toma el bus para su casa. Descansará apenas algunas horas. A las 3.15 am de hoy ya volvió a sonar su despertador en el corazón de Soyapango.