Como todas las personas en España, el atleta salvadoreño Uriel Canjura está viviendo la cuarentena por la pandemia del nuevo Coronavirus (Covid19). El nacional vive en Oviedo, desde 2019, lugar en el que está jugando bádminton para el Club Oviedo y estudiando primer año de “Marketing y actividades comerciales”.
Pero Uriel no ha sido la excepción al encierro que viven no solo los españoles, sino el mundo entero. El cuscatleco cuenta su experiencia, en estos momentos, en cuanto a su carrera deportiva y a su día a día.
“Es complicado. Se suponía que, en estas fechas, teníamos que estar entrenando fuerte para el Panamericano y esto viene a frenar los entrenamientos. No podemos salir, se suspendieron las actividades por 15 días y se pueden prolongar, porque siguen aumentando los casos de Coronavirus acá”, señala.
“Ahora, quizás, por ser la primera semana, no se siente tan largo, pero nos queda todavía una semana más así. Estar encerrado todo el día, que si salgo a la calle nos ponen multa si no es justificado, todo eso es feo. Y preocupa porque si bien en Asturias no hay tantos casos, y más son en Madrid, pero igual saber que hay casos acá preocupa un poco”, complementó.
El oriundo de Suchitoto relató que una jornada “normal”, por este tiempo, lo hace desayunar un poco más tarde, pero a las 12:00 del mediodía “es hora de hacer ejercicio, el físico, más que todo cardio, abdominales, y es una hora y media, más o menos”. “Y luego, me pongo a ver Netflix, hasta que llega la hora de la cena, para después quedarse viendo televisión o usar el teléfono, que es lo más que se puede hacer, para luego ir a dormir”, dijo.
Sobre si está realizando su parte deportiva, en el poco espacio donde vive, se sinceró: “No, no se puede, porque es un espacio muy pequeño. Afecta técnicamente, pero si se hace el físico no debería ser tanto. Pero no lo puedo practicar aquí, porque el espacio es muy pequeño y, de paso, el ruido molestaría a los vecinos”. Sin embargo, reiteró que está siendo monitoreado por el club: “Hay un grupo del Centro de Tecnificación, para saber las rutinas que hay que seguir todos los días”.
El jugador habló, además, como ser humano y manifestó que, realmente “hay que cuidarse”. “Y si salimos a la calle y nos contagiamos todos, los hospitales tampoco van a dar abasto. La cuarentena es para eso. Por eso, preocupa un poco”.
En ese sentido, hace poco, tuvo que salir al supermercado y le tocó vivir la soledad del lugar. “No había nadie por las calles, algunos pocos paseando a las mascotas; y fui al centro, y solo pocas personas se veían. Todos están encerrados en los edificios y los que salen pueden recibir multas de entre 500 hasta mil euros. Por eso, solo es permitido salir a comprar comida”.
En cuanto a cómo atraviesa esta situación solo, al otro lado del mundo, confesó: “Complicado, porque se pasa bastante tiempo solo, eso por ratos deprime un poco y dan ganas de regresar al país, pero me pongo a pensar en que mejor hay que esperar estas semanas de alarma. (…) mi mamá me quería mandar a traer lo más rápido posible, pero le dije que se tranquilizara, que no iba a salir de casa”.
“Lo que me gusta es que allá (El Salvador) se hicieron los protocolos antes, cosa que está bien, porque acá no se hizo bien. Y, todo lo bueno que se está haciendo allá, lo deberían tomar como ejemplo, incluso países de Europa que no lo hicieron y ahora lamentan no haberlo hecho”, agregó.
Por ahora, a Uriel solo le queda esperar que la cuarentena pase, que todo vuelva a la normalidad, que la pandemia ceda, para retomar su actividad como jugador y como estudiante. “Volver a los entrenos y hacerlo lo más fuerte posible, porque tenemos torneos pendientes. Esto de parar nos ha afectado a todos un poco, pero esperar la reanudación de los torneos. (…) Es estresante, más que todo eso, el vivir la cuarentena y la soledad”.
“Pienso en los Juegos Olímpicos, todos los atletas que han entrenado durante esto cuatro años para los Juegos, y que se puedan cancelar o aplazar, incluso es duro para los que son mayores y han llegado a los Juegos. Todo es difícil, pero lo más importante (como atletas) es guardar la salud”, finalizó.