Apenas tiene 10 años, pero los últimos seis los ha dedicado de lleno al minicross, deporte extremo que le ha permitido destacar dentro y fuera del país. Hablamos de Boris Flores, un chico que en lugar de juguetes está llenando los estantes de su casa de trofeos y medallas.
Boris cuenta que su papá le inculcó su pasión por el deporte de las dos ruedas, aunque, como un proceso natural, primero tuvo que aprender a andar en bicicleta para poder equilibrarse, y luego llegó el turno de las motos.
“Comencé a competir en la pista de la Costa del Sol, al principio tenía un poco de miedo, pero lo superé con el tiempo”, recuerda Boris, cuya primera competencia la disputó cuando tenía cinco años, en Santa Ana, y logró el segundo lugar en la categoría 50cc de una fecha del Campeonato Nacional, meritorio si se toma en cuenta que le tocó competir con una moto no apta para esta disciplina, más pesada y lenta.
Después, el también estudiante de tercer grado regresó con más determinación y así consiguió coronarse campeón de la categoría 50cc en 2016 y 2017, y este año no se quedó atrás y nuevamente finalizó primero, pero en 65cc. Pero el joven motociclista quiere llegar lejos y por eso en 2018 también se animó a competir en la categoría 85cc, donde fue segundo.