Los pronósticos más lógicos se cumplieron. Tras la victoria de los Warriors en el juego tres de la serie final de la NBA, los visitantes hicieron la tarea en el cuarto juego en la cancha de los Cleveland Cavaliers, que no metieron las manos en toda la serie.
Golden State hizo lo que Cleveland no pudo demostrar en toda la serie, jugar en equipo, ganar en bloque, destrozar en grupo. Los dirigidos por Steve Kerr, sumaron su sexto anillo en la NBA tras liquidar por marcador de 108-85 a los Cavs, que no tuvieron ni juego de equipo, y mucho menos a un LeBron James encendido en la duela.
El equipo de los Warriors lideró el juego de principio a fin. Con una mezcla de irreverencia y fuerza, los campeones acompañaron con toda su artillería a Durant y Curry, quienes mostraron la regularidad ya conocida, una capaz de penetrar las defensas y de liquidar cualquiera que se les meta en el camino.
Se trata del tercer título en cuatro años para un equipo que no tiene límites, y que ya mejor los Rockets le discutieron de tú a tú a los campeones justo en la final de conferencia del este.
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Imparables
Golden State también demostró una superioridad en lo anímico. Tras el final del tercer cuarto, el equipo de los Warriors sentenciaron el partido, y sostuvieron hasta el final una diferencia de más de dos decenas de puntos.
Ese colchón que le dio tranquilidad, pulverizó por completo en lo mental a los Cavaliers, quienes no tuvieron más reacción y terminaron por entregar el partido en el último cuarto de juego.
Los 20 puntos de Curry al medio tiempo fueron su mayor cantidad en una primera mitad esta postemporada, al final del mismo sumó 37 para consagrarse como el máximo encestador del juego.
Los Golden State Warriors son la cuarta franquicia en ganar tres títulos en cuatro años junto a los Lakers, los Celtics y los Bulls. ¡Salud, campeones!