El baloncesto como escape a la vida

Oscar Gómez fue baleado por las pandillas por "pasar un límite" arreglando una calle y resultó lesionado en su médula ósea. Hoy, a los 18 años, es de los mejores prospectos del baloncesto en silla de ruedas.

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Foto Por edhdep

Por Gustavo Flores / @Gusflores21

2016-11-20 8:00:00

En marzo le cambió su vida. El miércoles 13 fue a trabajar como todas las mañanas en la reparación de la calle de su colonia, en San Martín. Las lluvias hacen estragos en esa parte de la ciudad y el Alcalde había dado una colaboración en materiales. Pero cruzó una línea que va desde el absurdo hasta la tragedia.


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-”Me había ido hasta el límite, lo que se puede decir, de una pandilla donde vivíamos a la otra, para terminar de adoquinar la calle. En la mañana sucedió que unos muchachos llegaron ahí. Eramos 15 personas y solo quedamos dos, se fueron corriendo los demás y quedamos nosotros. Entonces nos dispararon sin decirnos nada, sin reconocernos nada…”

Oscar Armando Gómez habla con pausas, dolido pero sin victimizarse aunque es una víctima real de las circunstancias que rodean a un país sacudido por esta problemática y de una realidad absolutamente fuera de control. 


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Recibió ocho disparos pero asegura que tuvo “más suerte” que su amigo, que todavía está en estado de gravedad, aunque “gracias a Dios” con vida. 

-“Tuve un rozón en la médula ósea. De los ocho impactos, siete fueron en la parte de mi lado izquierdo del cuerpo, uno lo recibí del lado derecho que fue lo que me dañó la médula ósea. Quedé sin movimiento de mis piernas, sin sensibilidad, nada. Quedé hospitalizado un mes en el Rosales”.

Hoy sigue viviendo en el mismo lugar y dice que “sin miedo”. Tiene un explicación para esto:“Los que me dañaron fueron de otro territorio, hoy como todo está dividido en territorios. Yo sabía de esta división pero no pensé que a los trabajadores…. uno andaba trabajando ahí, adoquinando la calle. Porque cuando llueve, el agua inunda todo…” 

Los disparos que estuvieron a punto de terminar con su vida, también casi lo dejan sin estudios.

-“Yo estudiaba, estaba en bachillerato primer año. A la mañana trabajaba y en la tarde estudiaba. Le pregunté a la directora si podía seguir estudiando a distancia y me dijo que tuviera una espera para mientras me recuperaba, tal vez en el 2017…” Hoy le confirmaron que podrá seguir estudiando en la Ciclovía y terminar su bachillerato. Así poder cumplir su sueño de continuar en una Universidad para convertirse en “técnico automotriz”.

Un mes internado en el Rosales y  lo trasladaron al ISRI, el Instituto Salvadoreño de Rehabilitación Integrada. Y es justamente allí donde empieza la otra cara de esta historia. Se cruzó con la licenciada Daysi Ramírez de García quien lo convenció de empezar a practicar el baloncesto. Pero sobre todo, lo inspiró a seguir adelante con su vida.

-“No conocía nada de esto, nunca lo había visto. Conocía el tradicional, el baloncesto normal, aunque mi deporte favorito era el fútbol. Para mi esto fue todo nuevo y lo quise intentar”.

Así llegó al primer campamento de ASADESIR (Asociación Salvadoreña de deportes en silla de ruedas) y UCP,  una organización de EE.UU. que trabaja en el país y se llama “Ruedas para la humanidad”. 

-“Cuando llegó a ISRI, enseguida le dije que iba a jugar al baloncesto. Vi su altura y no lo dudé”.

Así lo asegura la fisioterapista Daysi quien se especializa en rehabilitaciones motoras. Y confirma que el deporte es la base para la recuperación física y anímica.

-“Cuando uno llega a practicar el deporte ve un montón de muchachos con las mismas discapacidades. Después ellos mismos ven que se puede salir adelante, jugar, estudiar,  rehacer sus vidas”.

Hoy Oscar Gómez es seleccionado sub 23 de la Selecta de baloncesto en silla de ruedas y es un apasionado de este juego:
-“Me gusta porque tiene velocidad, tiene adrenalina. Se siente bien. Uno anda en la cancha con constante movimiento, tiene que venir a jugar con ganas, dar todo, mover la silla de un lado para el otro y ponerse las pilas constantemente”.

Oscar se ha ganado un pocos meses un respeto en el mundo del baloncesto por su dedicación y talento en este juego. “Este deporte es buenísimo, hizo que no pensara en mi discapacidad. Me sentía yo como que no me hubiera pasado nada, normal. Me ha ayudado en la parte sicológica, en todo”.

El camino de la recuperación ha comenzado. El baloncesto ayuda pero su gran mentalidad será la usina generadora de energías para seguir adelante. En un futuro, lo esperan las órtesis para poder movilizarse y el sueño de salir campeón con la camiseta de El Salvador.

Ficha

Oscar Armando Gómez

Data: San Salvador, 12 de octubre de 1998.
Edad: 18 años.
Deporte: Baloncesto en silla de ruedas.
Categorías: Sub 23 y Primera.
Convocatoria: Seleccionado nacional Sub-23 que participará en el torneo de Brasil 2017.

Un entrenamiento intenso

Los seleccionados en silla de ruedas se someten a duras y exigentes prácticas que van de cuatro a cinco veces por semana, de dos a tres horas cada una. Se realizan en el gimnasio Pineda o en la Villa CARI. El equipo sub-23 se está preparando para competir en el Panamericano de Brasil 2017 clasificatorio para varios eventos de la categoría.