Un sueño de gigante

Herbert Aceituno competirá en el mundial de powerlifting en Brasil, a donde aspirar a lograr la marca clasificatoria para ir a los Paralímpicos

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El atleta salvadoreño viajará esta semana al mundial de Brasil, el objetivo es lograr una clasificación a los Juegos Paralímpicos, Río 2016.

/ Foto Por edhdep

Por César Najarro

2016-01-12 2:50:00

AYUTUXTEPEQUE. Herbert Enrique Aceituno es un atleta diferente, no por su tamaño, sino porque tiene un sueño enorme, de gigante, lograr la clasificación directa para los Juegos Paralímpicos de Río 2016. 

El atleta de 30 años será el primer salvadoreño en competir en un mundial en Powerlifting, una modalidad de levantamiento de pesas en la que se sostiene la barra sobre un banco.

Pero Herbert no sueña en pequeño, quiere ser el primero en representar al país en unos Juegos Paralímpicos, y por eso va al mundial de Brasil a buscar la marca de 132 kilos para sellar su boleto. 

Técnicamente, nació con acondroplasia, un trastorno en el crecimiento óseo de los cartílagos que provoca enanismo. Ese diagnóstico no reveló algo más importante, el corazón que le pone a lo que hace, y su gran capacidad para la disciplina y para no dejarse vencer fácil.
Apenas en tres años, se ha vuelto digno de admiración por los que conocen a profundidad de pesas, más allá de ir a un gimnasio a levantar un poco de metal. Lo que Herbert busca, levantar 132 kilos, no es fácil ni para los que en su diagnóstico de nacimiento no tenían problemas en los cartílagos.

Empezó a ir a los gimnasios hace tres años y medio, como pasatiempos y por mantenerse en salud. Le encantó y, al ser reconocido por muchos, llegó a oídos del entrenador Jorge López su historia. Él lo buscó y juntos emprendieron un viaje que los lleva este jueves a Brasil para representar al país. 

“Quise ponerme fuerte, hacer músculos y todo eso, fue un pasatiempo. Ahora es mi hobbie, mi vida, una experiencia grande, una motivación”, cuenta Herbert, quien además es técnico en computación y cursó media carrera de inglés. 

No ha sido fácil para él. La discriminación es el pan de cada día. Cuenta que ha sido objeto de burlas por su tamaño, pero él puede con las críticas, que incluso han llegado en otra dirección ya cuando se puso en forma. “ En general cuando a uno lo ven en un gimnasio, dicen ‘hay viene, que no sé qué’. Uno no lo hace por jactarse, sino por hobbie y porque uno quiere llegar a una meta. Ya cuando se dan cuenta de la capacidad que uno tiene, conviven con uno. Mucha gente lo ve de menos a uno por la estatura, o ‘x’ discapacidad, pero lo primordial  es no dejarse vencer por el miedo de las críticas de la gente, enfocarse en las manos de Dios y seguir para adelante, que él es el único”, asegura Herbert, quien también ha contado con el apoyo de sus padres, del Comité Paralímpico, de su entrenador, de sus amistades. Y de la fundación Agitos, que les costeará el pasaje para que viajen con su entrenador al Mundial. 

Herbert y Jorge participarán primero de la actualización y conocimiento del deporte, del 16 al 18 de mes, para ver las nuevas técnicas, cómo está la clasificación, etc. Y del 19 al 21 serán las competencias. 

Aunque en el país no existe ningún clasificador ni ningún experto, Jorge le ha ayudado no solo a entrenar el físico, sino la mente. Hacen de lado las complicaciones de entrenar en un banco que no es fijo, y las complicaciones del traslado desde Soyapango hasta la Villa Centroamericana. Es que a Herbert, las cosas pequeñas no lo detienen, él sueña como gigante.