25 preguntas a Chelo Arévalo: “El día que juegue contra Federer creo que voy a llorar”

El tenista que es raqueta uno del país, es un referente de los últimos años de este deporte nacional. Ha jugado Grand Slams, y ha tenido de las mejores posiciones de la ATP y sueña con Juegos Olímpicos

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Por Varinia Escalante | Twitter: @VSkalanT

2019-11-21 4:00:22

Tenista salvadoreño desde su infancia. Nació en Sonsonate y, actualmente, se ha convertido en la raqueta número uno del país. Ha ganado Challengers y quedó campeón en su primer ATP 250 en Los Cabos, en 2018. Reside en Estados Unidos, juega la Copa Davis para El Salvador, y se volvió profesional e ingresó a la ATP en el año 2012. Desde ese momento, ha triunfado en singles y dobles, y en sus rankings (139 y 45, los mejores). Su última etapa de la vida: ya es padre, y lo está disfrutando.

1. ¿Cómo está tu etapa de papá?

Estoy muy contento. Es una etapa nueva que estoy viviendo. Obviamente, uno se imagina lo que se viene, pero cuando ya se empieza a vivir es diferente. Pero estamos súper contentos con mi esposa (Lucia Kovar??íková) de esta etapa. (…) Todavía nos desvelamos. Hay noches en que solo he podido dormir tres o cuatro horas, cuando estoy con el bebé. Solo cuando he estado afuera, algunas semanitas compitiendo, no; pero las que he estado con él, tres horas máximo (de dormir).

2. Muchos se preguntan dónde conociste a tu esposa. Contános de su relación

Lucía y yo, prácticamente, casi somos de la misma edad. Yo soy un año mayor (29) que ella. Jugamos el Circuito Junior juntos. Pero, en esa época, nos conocíamos nada más de vista, ni siquiera teníamos idea de que íbamos a terminar juntos, ni nada. Nos conocimos cuando me decidí salir de la universidad, y me fui a Miami, a entrenar, y empecé a jugar torneos profesionales. Ella trabaja con un club de tenis, con unas niñas, y ahí nos conocimos; porque, para mi sorpresa, yo también iba a entrenar a esas canchas. Ella estaba ahí y así fue como nos vimos, comenzamos a hablar, y a recordar esos torneos que nos vimos, y así fue como comenzamos a salir.

3. En general, ¿cómo ha sido el 2019?

Ha sido un año de muchas emociones nuevas para mí. Nos dimos cuenta de que íbamos a ser padres, prácticamente, a principios de año, cuando regresé del Australian Open (enero). Y las emociones cambiaron. Iniciamos con la idea de ser padres, hasta que el bebé naciera, no sabíamos lo que nos iba a esperar. Un año con bastantes cosas en la cabeza de mi parte. Gracias a Dios, el tenis ha ido de la mano también y, tal vez, no han salido los resultados que hubiese querido, pero estoy contento y motivado para la nueva temporada en 2020.

4. ¿Y qué fue lo mejor y lo peor?

En lo deportivo, lo mejor del año ha sido poder competir en los cuatro Grand Slam, que siempre uno como tenista quiere estar en los mejores escenarios y torneos. Creo que un momento importante, y que me quedó marcado este año, fue en Wimbledon, cuando tuve la oportunidad de competir contra los hermanos Bryan, en una cancha principal.

5. En los últimos cinco años, ¿cuál considerás que ha sido tu punto más alto, y por qué?

Lo puedo separar en dos. En singles, cuando gané mi primer Challenger. Fue una gran felicidad para mí, porque el primero fue el más importante ya que no me lo veía venir. El primero en sí fue el más especial. Fue en Bogotá, en 2017. Y, en dobles, cuando ganamos el Torneo de Los Cabos (2018). Otro torneo que también es de esos en que uno empieza a jugar, va pasando rondas y cuando sentís ya estás en la final. Pasó todo rápido. También el llegar a estar dentro de los mejores 50 del mundo y, realmente, no era que lo venía pensando en ese momento. Simplemente, pasó. Esas fueron las dos cosas que más han marcado mi carrera, en los últimos cinco años.

6. Desde que te volviste profesional (2012), ¿has sentido que tu vida ha venido en ascenso o que te has estancado?

He tenido ascensos y bajones. Pero sacando un balance general, he ido aumentando, poco a poco. Aún así, en este momento, tal vez el ranking en singles no lo refleje, de cuando estuve en el mejor; tal vez no esté jugando mi mejor tenis, en este momento, pero eso no es por mis condiciones técnicas. Ha sido un año con bastantes cosas en mi cabeza. Pero el próximo año, confío en que puedo recuperar mi nivel y seguir avanzando y subiendo en los rankings (singles y dobles).

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Marcelo Arévalo (der.), junto a su padre, a su llegada al US Open. Acá, en una de las canchas del evento.

7. ¿Cómo han sido ya todos estos siete años profesionales para Chelo Arévalo?

Se escuchan fáciles, pero realmente yo juego porque me gusta, porque es lo que me apasiona hacer, sino no lo haría, definitivamente, buscaría algo más qué hacer que me llene o de alguna u otra manera ganarme la vida. Pero es lo que me gusta y me la paso bien. Me gusta viajar, jugar los torneos grandes, las emociones cuando uno clasifica a un torneo grande y tiene la oportunidad de jugar contra los mejores jugadores del mundo o simplemente estar en los mismos torneos con los mejores del mundo, eso -en lo personal- es lo que me motiva mucho, y eso me da impulso para seguir haciendo lo que hago.

8. ¿Y qué hacés en un viaje, además de jugar?

Lo que más me gusta hacer cuando viajo es tratar de tomar un día para conocer la ciudad, para conocer la cultura de ese país. A veces, uno tiene la suerte de que juega torneos en ciudades muy importantes, y la verdad que siempre darse una vuelta y conocer nuevos lugares es de las cosas que a uno le va dejando este lindo deporte, uno que tiene la posibilidad de poder conocer muchos países. Yo trato de sacar provecho a eso, tomar un día de la semana para conocer la ciudad donde estoy, un poco sobre la gente y de la cultura.

9. ¿Tendrás idea de cuántos kilómetros has viajado por el mundo, ya que sos uno de los atletas salvadoreños que más compite afuera?

(Risas) Más o menos, yo lo mido por las millas que te dan en los viajes, que al año siempre tengo unas 45 mil millas o 50 mil millas, y si lo multiplicamos por la cantidad de años en que he viajado por ahí podemos tener una idea de las millas que han sido (risas). La verdad, nunca me he puesto a medir cuántas millas o kilómetros he viajado, pero seguramente que sí serán bastantes.

10. ¿Y cuál ha sido, posiblemente, el año en que más quizás has viajado?

Creo que el que más viajé fue 2017. Porque fue el año en que mejor estuve ranqueado en singles y dobles, y creo que ese año jugué más de 30 torneos. Ese sería, tal vez, el año en que más viajé, alrededor de unas 35 semanas.

11. ¿Y cuál es el destino más exótico o más extraño en el que has estado?

He estado en Uzbekistán, y el que más me ha gustado, y lo más lejos de casa que he estado, ha sido Australia. Ha sido uno de los lugares y de los torneos que más he disfrutado.

Rafael y Marcelo Arévalo juegan el partido en dobles de la Copa Davis ante Perú en el Polideportivo de Ciudad Merliot. Foto EDH/Marcela Moreno

12. ¿Has pensando en dejar de ser singlista y dedicarte a ser solo doblista?

Sí, obviamente. La opción existe. En algún momento, habrá que tomar esa decisión, en este momento todavía juego torneos, pero en las próximas semanas ya tendré el tiempo necesario para poder sentarme con mi familia, con la gente que ha sido parte de mi carrera, y podemos platicarlo y ver qué será lo mejor para mí el año que viene (2020): si seguir jugando singles cien por ciento, si dedicarme cien por ciento al dobles, si seguir haciendo las dos cosas. Ese es un tema que no puedo decidirlo solo, es algo que se debe platicar tranquilamente con las personas que han estado ahí para mí, y eso se decidirá pronto.

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13. ¿Cómo respondés ante las críticas que te hacen porque no jugás por El Salvador?

El hecho de las críticas de no estar en C.A. y Caribe o Panamericanos las respeto mucho, todas son bienvenidas. Lastimosamente, en nuestro país, el tenis no lo conoce la gente profundamente, entonces los que critican no logran comprender al cien por ciento lo que implica mantener un ranking, que dura nada más 12 meses. Que si uno no asiste a los mismos torneos o juega durante la semana en que ganó torneos o puntos, pues la siguiente pierde los puntos, y de esa manera el ranking se pierde.

Y es como empezar de cero. Cuando la gente no sabe eso, se puede hablar sin saber, y el hecho de no asistir a esos eventos fue simplemente por eso, porque yo represento a mi país cada semana en que juego. La gente me ve jugar en torneos de Grand Slam y dice: “Un salvadoreño, primera vez que vemos un salvadoreño”. La gente se refiera al país y no a Marcelo Arévalo, y creo que uno con eso se siente orgulloso. Al final del día, la gente que hace esas críticas no me va a pagar a mí ninguna cuenta, ni nada. El hecho de representar a El Salvador en los torneos profesionales es para mantener un ranking y haciendo lo que más me gusta, en torneos grandes, y representando al país en lo más alto.

14. ¿Hay eventos ya planificados para 2020?

Sí, ya tenemos una idea de lo que puede ser el comienzo de año. Lo primero que tenemos planificado ya ahora es el Australian Open, previo siempre se juega un torneo antes, hay tres opciones: una en Australia, Doha y en India. En 2018, jugué en India. Va a depender mucho del ranking que mi compañero y yo tengamos, para ver en cuál de esos tres torneos logramos clasificar y así jugar una semana previa al Australian Open, que es la semana de calentamiento, se puede decir.

15. En general, tus objetivos para el 2020

Seguir jugando los torneos profesionales, ya que son los que me dan los puntos a mí y con eso puedo, tal vez, optar a una clasificación a los Olímpicos en Tokio.

Marcelo Arévalo estuvo unos días en el país, disfrutando. Partió en la navidad, para seguir entrenando. Foto EDH/Archivo

16. ¿Cómo se visualizan los Olímpicos?

Ese siempre ha sido un objetivo grande, el poder clasificar a unos Olímpicos, y la única manera que se puede es por ranking mundial. Esa es una de las otras razones por los que la gente, por falta de información, a veces critica y no sabe que en el tenis para clasificar a las olimpiadas se hace por el ranking mundial. Así, yo juegue los C.A. y del Caribe y gane medallas, no me asegura ningún puesto, en ningún torneo de Olímpicos. Por ese motivo, decidí jugar los torneos ATP que sí dan puntos para el ranking mundial, y que si nos va bien y logramos llegar al ranking que las olimpiadas piden, lo vamos a lograr; y si no se puede en esta ocasión, espero para la próxima seguir activo y con las mismas ganas, porque sí es un sueño que siempre he tenido representar a mi país en unos Olímpicos.

17. Esperás repetir la hazaña de tu hermano, Rafael, quien estuvo en Beijing 2008…

Sería increíble que tanto mi hermano como yo pudiéramos tener ese recuerdo de haber podido representar a El Salvador en Juegos Olímpicos. Lo he platicado con Rafael, le pregunto y dice que es algo increíble. Los Olímpicos deben ser lo máximo para cualquier atleta, en cualquier rama.

18. Hablando del tenis salvadoreño, ¿crees que ya nació tu futuro sucesor deportivo?

Ya nació. Se llama Marcelo Cristian Arévalo (muchas risas, se refiere a su hijo). No, ya hablando en serio, he estado un poco alejado de lo que ha sido el crecimiento de los chicos junior en El Salvador. Sigo muy de cerca a Fernando Flores, es muy amigo mío y le tengo mucho cariño, entrenó con nosotros un tiempo y le pone muchas ganas, y eso es algo que a mí me da alegría. Y sé que también hay otro chico que es Alejandro Licea que está jugando bien. De ahí para atrás, desconozco quién pueda venir como sucesor, para que esté acompañándonos en Copa Davis.

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Marcelo Arévalo, tenista salvadoreño

19. ¿Y de tu hijo, que trae en los genes ser tenista, les gustaría que lo fuera?

Sí. Como papá, me gustaría que él lograra las cosas que yo no he podido lograr. Pero obviamente que son cosas de él, ojalá que le guste el tenis y sino yo estaría feliz con que él practique cualquier deporte que en su momento él decida hacer. Ojalá, y primero Dios, sea el tenis porque así puedo guiarlo, tendré más experiencia en el tema y lo podría dirigir. Pero si decide otro deporte, como padre, lo vamos a apoyar al cien por ciento.

20. Podría ser anticipado, ¿pero ya pensaste en tu retiro? ¿Tenés fecha, edad?

El tenis, en sí, creo que nunca lo voy a dejar, pero a nivel profesional me gustaría… sueño mucho en retirarme con algún partido de exhibición en El Salvador e invitar a todos los que me han acompañado, en un día que es especial para mí. Y tener a algún compañero de mi época que ha marcado una buena amistad, y retirarme haciendo lo que me gusta, jugando un último partido de tenis. La edad no lo sé, pero seguramente no muy pronto, sino que todavía tengo pensado jugar en el circuito de dobles unos siete u ocho años más, si Dios me lo permite y si estoy sano, sin ninguna lesión, así será por lo menos.

Marcelo Arévalo, uno de los ganadores de la Espiga Dorada. Foto EDH/ Huber Rosales

21. A Marcelo, ¿le gusta el fútbol?

En el fútbol nacional, siempre he sido seguidor del Sonsonate. Pero no sigo el fútbol a profundidad, solo cuando publican que Sonsonate ganó o perdió, y siempre trato de estar pendiente de lo que hace como equipo.

22. Si dijeran: Marcelo Arévalo va a jugar en Sonsonate, ¿qué puesto te gustaría estar?

¡Ah, me hubiese gustado mucho jugar adelante, de delantero! Cuando estaba pequeño, y jugaba en el colegio, jugaba de delantero. Y hacía un par de goles, por ahí, cuando no había portero nada más (risas).

23. ¿Extrañás El Salvador?

Sí, siempre lo extraño mucho a mi país. Me la paso muy bien con mi familia cuando estamos juntos en Florida, pero uno siempre extraña sus raíces y yo soy una de esas personas. El simple hecho de estar en El Salvador, así haciendo nada, me da una gran tranquilidad y una paz interna. Por eso, este año, con tiempo, recorro mi país con mi familia.

24. Y cuando venís, ¿qué te gusta de volver?

Que me junto con mis amigos de la infancia, me gusta salir en moto con mis amigos, es algo que yo hacía siempre cuando estaba más pequeño. Estar con mi familia, irme a Ataco, en Apaneca, a Sonsonate, y voy a la playa con mis amigos o mi hermano Rafael. El simple hecho de estar y vivir el día a día en El Salvador me da una gran felicidad.

25. ¿Hay alguien a quién admires?

Una admiración que siempre he tenido, y es en mi deporte, es por Roger Federer. Para mí, como tenista, ha sido un ejemplo. Verlo competir a la edad que tiene, a sus 38 años, y todavía está entre los mejores tres o cuatro del mundo es una gran inspiración. Es por eso que siento que todavía puedo seguir jugando por siete u ocho años más. Es uno de los jugadores que inspira a otros en el tenis profesional. (…) Ah, no, pero el día en que juegue contra Federer creo que voy a llorar, no sé qué es lo que voy a hacer, pero sería un gran sueño y un gran momento para mí. Por eso, una de las cosas que más envidio de mi hermano es que pudo jugar con Federer y en unos Juegos Olímpicos. Es el combo completo ahí.