Es la deuda pendiente del fútbol salvadoreño en los últimos años: ser protagonista y tener una actuación digna en un torneo internacional. La Liga Concacaf es la oportunidad propicia para que Alianza levante el estandarte y ponga al país futbolero cuscatleco en otra final de liga.
Los albos tienen todo a favor. Con el mayor presupuesto del fútbol salvadoreño con bastante diferencia, en su plantel están los mejores nombres nacionales y los extranjeros que marcan su diferencia en el ámbito local, está por demostrarse si también lo harán en las instancias decisivas en el torneo regional.
Su camino a esta semifinal ante el Motagua de Honduras está marcado por una localía muy sólida en un estadio Cuscatlán que no se vio colmado como seguramente estará el jueves en el inicio de la serie. El 5-1 ante el débil San Francisco de Panamá fue el inicio de la carrera y después despachó con sendos 2-0 a rivales más duros como Tauro y el campeón costarricense San Carlos. En ambas series demostró solidez y autoridad para poder mantener la ventaja
Una columna vertebral sólida con un portero de jerarquía, defensa de selección, un medio con buen pie y delanteros picantes, ¿Por qué no? Alianza es el último salvadoreño finalista de un evento regional (97 vs Saprissa, en Torneo grandes de Centroamérica) y no sería ilógico que esté otra vez en una definición.
Y si Alianza levanta el trofeo, más allá de colores y simpatías, creo que será una buena noticia para todo el fútbol salvadoreño, que volvería a estar después de mucho tiempo en la vitrina más alta de la región.