La bandera salvadoreña flameó en estos últimos 17 días en dos eventos top del deporte mundial. El 26 de agosto fue Herbert Aceituno quien recibió en el podio de Tokio 2020 la medalla de bronce en los Juegos Paralímpicos, la primera en la historia del país.
Y este sábado 11 de septiembre, en Nueva York, el pabellón nacional también brilló en la cancha central del US Open, el Arthur Ashe Stadium, en la ceremonia de premiación de los dobles mixto. Por primera vez, no solo un salvadoreño sino que un centroamericano, llegaba a una final de Grand Slam en cualquiera de sus modalidades.
Desde Soyapango y Sonsonate llegaron estos dos cracks del deporte salvadoreño, hoy transformados en referentes a fuerza de talento y perseverancia.
Herbert Aceituno, el “gigante de Soyapango”, sobrepasó dificultades de salud, superó bullying y obstáculos para, con una enorme fortaleza mental y física, meterse entre los tres mejores del mundo en la categoría de los 59 kg. Una proeza nunca vista en el país.
En el otro costado del mundo, en el último Grand Slam de tenis del año, Marcelo Arévalo se graduó como top en la especialidad de dobles.
En sus inicios conocido como el “hermanito de Rafa” y ya afianzado en el dobles masculino (hoy es el 39 del mundo), en EE.UU. probó por primera vez en la modalidad de dobles mixto al invitar (¡por instagram!) a la mexicana Giuliana Olmos. Su debut jugando juntos no pudo ser mejor: llegaron a la final de un Grand Slam; seguramente se avecinan nuevos retos.
Los esfuerzos valen la pena. Como diría Cerati en una de sus inolvidables canciones: “tarda en llegar, y al final, al final, hay recompensa”.