Un papelón que se diseminó por el mundo. Al apresuramiento por declarar campeón al 11 Deportivo cuando se decidió suspender la Liga y que fue noticia en el mundo, le siguió, 40 días después, otro exabrupto aún mayor: quitarle el título a los de Ahuachapán. La noticia, no podía ser de otra manera, también recorrió las redacciones deportivas internacionales.
Es como la famosa “ley de compensación” que suelen aplicar los árbitros en el mundo. Un penal claro no pitado, seguido de una jugada que no es penal pero que sí la pitan. O una tarjeta roja dudosa a la que le sigue otra roja (más dudosa) para el rival. Y así, en vez de un error, se cometen dos.
Lo mismo en este caso, aunque sin la premura ni la presión de un árbitro en un partido. Deberían explicar bien desde la Colonia Escalón qué los hizo cambiar de decisión 40 días después. Además, supongamos que el líder era otro y le hubieran dado el título al Alianza, al FAS o al Águila, ¿se lo habrían quitado? No.
Da pena también ver que es lo que pasa con el sistema de ascensos y descensos. El Platense de Zacatecoluca, con una afición más grande que la mayoría de los equipos de Primera, viene peleando por subir hace años. Claro, lo hace de manera deportiva, lo que debería ser la regla. Pero es la excepción.
Dirigentes y aficionados viroleños ven con incredulidad como se “ceden” o “regalan” categorías a diestra y siniestra. Ven como Juan Pablo Herrera preside equipos distintos y salta de ciudad en ciudad, torneo tras torneo. O ven como El Vencedor le entrega “sin cargo” una categoría que tiene precio fijado (100 mil dólares) al Marte, presidido por… Hugo Carrillo, presidente de Fesfut (que como presidente marciano ya la descendió dos veces a Segunda). La cuarentena sigue; los escándalos en el fútbol, también.