Indignación y tristeza

Una columna por Gustavo Flores

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Por Gustavo Flores | Twitter: @Gusflores21

2018-08-12 10:01:51

Las imágenes periodísticas causan sorpresa y escozor, primero, y luego indignación y tristeza. Aficionados (¿aficionados?) del Firpo que se metieron como si fuera su casa a la zona de platea tras una nueva derrota de los toros y convirtieron esa zona del Cuscatlán en “tierra de nadie”. Allí y a la vista de todos, embistieron contra miembros de la Comisión Directiva manuda, cantaron contra los directivos y su presidente Modesto Torres y le pegaron brutalmente a un joven, hijo del directivo Diego Alemán, a quien todavía le siguen realizando exámenes por los golpes recibidos.

Todo este hecho no quedó en la impunidad gracias al trabajo de los periodistas que allí estaban y registraron todo con sus videos y fotografías. Notable aporte: los violentos quedaron expuestos y dos de ellos ya fueron detenidos según informó la Policía Nacional Civil.

Por un lado llama la atención la cobardía y la impunidad con la que se manejaron los sujetos a la vista de todos y sin fuerzas de seguridad para controlarlos en el momento de la agresión. ¿Quién les abrió la reja para ingresar a plateas? Por otro se espera que tanto la Primera División como la Federación de Fútbol y la Fiscalía actúen de oficio para cortar de raíz semejantes actos y, además de las generales de la ley, se les prohiba el ingreso a los estadios. Las imágenes son muy claras como para individualizar a cada uno de los agresores y aplicarles derecho de admisión.

Los errores groseros de la directiva de Firpo, encabezada por Modesto Torres, están muy lejos de ser excusas para una agresión semejante. Su pésima administración nada tiene que ver con este tipo de respuestas de fanáticos. Los violentos deben ser desterrados de inmediato del fútbol y sin medias tintas. Si no tomarán de rehén al deporte como ya lo han hecho en otros países del mundo.