Selecta Playera a reinventarse con limitantes

¿Cuál es el panorama para la Selecta Playera camino hacia otro mundial? Estas y otras interrogantes son desgranadas a continuación

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EDH/ Mauricio Cáceres

Por Robbie Ruud

2018-03-09 7:24:54

La Selecta Playera debe tener una lección aprendida tras la última eliminación premundialista. Debe ir hacia adelante, y mirar hacia atrás solo para recordar lo que no se debe hacer. Definamos al concepto “darlo todo”, ese que está vinculado con la entrega brutal de un partido, sin oponer músculo ni sentimiento. Delineemos esa imagen con sus extremos en nuestros cerebros.

“Ir hacia atrás” es un escenario ya conocido en la Selecta Playera: repetir el modelo de preparación. La misma no ha tenido fogueos tras su eliminación del último torneo Concacaf; la planificación rumbo a los pasados dos mundiales se cimentó esencialmente en tomar una copa de organización local y la Copa UNCAF como únicos fogueos, estableciendo así el “termómetro” de cuánto podría dar la Azul y Blanco playera. Hay que descartar eso sí, los Juegos Bolivarianos, ya que estos siempre están lejos de las fechas más cercanas a la preparación real e intensa que merece el plantel. Los últimos dos fracasos premundialistas apuntan sin atenuantes a una cuestión fundamental: el esquema antes mencionado no debe ser la única preparación de la Selecta. Ha quedado bien claro, pero al parecer, se va rumbo a eso nuevamente.

“Ir hacia adelante” es un escenario por ahora incierto. Más fogueos serían lógicamente necesarios para que la Selecta Playera pueda pulir más su funcionamiento, y lograr así una clasificación al próximo mundial. Los éxitos pasados pueden aún aprovecharse, basta con ver el ranking mundial y de Concacaf: la Selecta Playera es número 18 a nivel mundial (de un total de 113 países) y es segunda en la clasificación regional. Esto, bien utilizado, puede servir de trampolín más que nunca. Hay que agotar todas las posibilidades de fogueos de élite para hacer que la Playera crezca. Repetir la fórmula de dos copas -ya conocida- podría derivar en un nuevo fracaso en el intento de clasificar a otro mundial de la modalidad playera.

Lo dicho, sugerido. Desde la planificación deportiva pueden surgir varios caminos más para no emular errores pasados. Hay una necesidad de hacer algo diferente sí o sí. La hoja de ruta -al momento- se ve idéntica a la empleada previo a los mundiales de Portugal 2015 y Bahamas 2017. Y la Playera no fue. ¿Entusiasma?

Hay una decisión instalada sobre el plantel playero, y es una en la que el mismo poco puede intervenir: las maneras concretas, tangibles, en las que Fesfut ha trazado toda la planificación con respecto al fútbol playa para este año.

Los guerreros de playa no solo tendrán que luchar contra rivales para mejorar su rendimiento, sino también luchar contra lo que la federación decida no facilitar al profesor Gallo para buscar otra clasificación mundialista. Al fútbol once: España 1982; al fútbol playa, ¿Tahití 2013? ¡Rayos, no!