Sonsonate perdía no precisamente por ser menos equipo que Águila, que se les adelantó apenas por un gol de penal de Nicolás Muñoz, pero un desmarque de David Boquín sobre segundo palo les devolvió a la vida a cinco minutos del final y en un momento en que la eliminación rondaba otra vez como fantasma en la cabeza de los cocoteros.
Los occidentales trataron de configurar el partido de acuerdo a su necesidad de victoria. A los 4 minutos estrellaron su primer balón en el poste y le sacaron un susto al meta Benji Villalobos, y cerca de los 20 minutos tuvo un par de llegadas en las que Jacobo Kattán y David Boquín, respectivamente, no conectaron con pelota de gol por apenas centímetros.
Águila vuela a cuartos de final
Bajo los palos sonsonatecos, Héctor Ramírez también hacía su trabajo atajándole un remate bajo de Nicolás Muñoz, tras un genial desmarque para recibir un pase de Diego Coca.
Fueron los mejores pasajes de un primer tiempo falto de fluidez en el juego, pero abundante en respeto al rival. Eso, hasta que en el tiempo de reposición Kevin Melara fue empujado alevosamente por un defensa y el árbitro Raúl Morales no dudó en señalar penalti. Fue un regalo para Nicolás Muñoz transformara con potente cobro en su undécimo tanto de la campaña y el número 289 de su carrera en Primera División.
Terrible accidente de tránsito de Gustavo Vega, portero del Sonsonate, donde murió su primo
El panameño casi suma el segundo al minuto 52, pero se le invalidó por posición adelantada. Sonsonate apenas reaccionaba adelantando líneas, pero no lograba la profundidad necesaria para el gol y Águila le sorprendía muy a menudo a los contragolpes. Pero al 84’, en un córner desde la izquierda, la pelota cruzó hasta el segundo palo y el argentino Boquín la hundió solo y sin presiones, ante el vuelo tardío de Villalobos.
Lo verdaderamente lamentable del partido fue la luxación en el codo izquierdo de Kevin Sagastizado, luego de una falta de Édson Meléndez dentro del área que el réferi pudo señalar como penalti (76’).