Una milagrosa historia. Y con el mismo carácter y fineza con que juega en la media cancha de la Selecta, el seleccionado salvadoreño Richard Menjívar la compartió en sus redes sociales, como un testimonio de vida. Uno que demostró los difíciles momentos que vivió, recientemente, pero que los enfrentó con la misma entereza con la que juega.
En su cuenta de instagram, el volante nacional posteó dos tiernas imágenes, en las que se lo pueden ver cargando a su bebé, Theo, en dos momentos diferentes, en EE.UU. Uno, como recién nacido; y otro, junto a su esposa, Krystal, de vuelta en casa.
“Dos de los momentos más felices de mi vida. La primera foto es de cuando conocí, por primera vez, a mi hijo. La segunda, es de nosotros en casa, después de pasar 51 días en el hospital”, resumió.
Menjívar contó, durante una larga y dulce historia, cómo Dios lo acompañó como padre, para pasar por un momento muy difícil, ya que previamente se le había diagnosticado a su hijo que necesitaba una cirugía de corazón, y comenzó la pesadilla.
“(Necesitaba) una resonancia magnética, para confirmar si tenía que someterse o no a una cirugía cardíaca. Theo fue intubado y puesto en un ventilador, después de su resonancia magnética, durante dos semanas muy largas”, relata.
“La parte más aterradora era cuando tenía ‘episodios’ en los que sus pulmones se cerraban y no le daban oxígeno a su cuerpo. La primera vez, duró 20 minutos”, publica el seleccionado, quien señaló que las siguientes ocasiones en las que su primogénito pasó por la misma situación el personal médico estaba listo a reaccionar y atenderlo.
Sin embargo, lo más difícil fue en “su último episodio. El que duró una hora. Las enfermeras y los médicos llegaron corriendo. En un momento, conté a 20 personas en la habitación tratando de mantenerlo a salvo. Seguí diciéndome a mí mismo que este era otro episodio de rutina y que iba a terminar rápidamente. Esa hora se sintió eterna”.
“Después de 35 minutos, comencé a preocuparme. Su ritmo cardíaco comenzó a bajar y parecía que el tiempo se detuvo. Este no puede ser el plan de Dios, me dije. No se va a llevar a mi bebé. Estaba tratando de asegurarle a Krystal que todo iba a estar bien, mientras que al mismo tiempo pensaba que podría ser así. Estaba tratando de prepararme para la posibilidad muy real de perder a nuestro bebé. Pasaron 45 minutos. Rogando a Dios que lo salve. Finalmente, después de una hora, se salvó”, se sinceró.
Tras esto, han venido otras secuelas para el pequeño Theo. Sin embargo, Richard no ha perdido la fe, y sigue agradeciendo a Dios por lo que hizo. Si bien ahora como familia están en casa, tuvo días en los que “lo paralizaron” al bebé, para evitar “que sus pulmones quisieran cerrarse”, y además tuvo una neumonía.
“Unos días más tarde, cuando desaparecieron los efectos de la parálisis, pudo moverse de nuevo y dejar de usar el ventilador. La semana pasada, debido a algunos daños que el ventilador le hizo en la garganta, necesitaba un procedimiento para abrir la garganta porque había comenzado a estrecharse. La cirugía cardíaca por ahora está por determinarse”, narró.
Ahora, con Theo en casa, y en una paz mayúscula, celebrando la vida, el jugador azul y blanco no deja de alabar a Dios.
“Estas han sido la prueba y las cosas más difíciles que me han tocado experimentar. ¡Todo lo que puedo decir es que Dios es grandioso! Él nunca nos abandonó en nuestra hora de necesidad y toda la gloria es para Él. Estamos muy felices de tenerlo finalmente en casa”, cerró.
Su historia ha llegado a sus casi ocho mil seguidores (7,977), y muchos de sus colegas y compañeros de la Selecta compartieron su júbilo y le dejaron mensajes de apoyo y fortaleza.
Jugadores nacionales como Andrés Flores, Darwin Cerén, Dustin Corea, Wilson Rugama, Kevin Berríos, entre otras figuras, llenaron su publicación de alegría con sus palabras. Definitivamente, una historia de amor infinito.
