El Newcastle United fue comprado por un fondo de inversión saudí este jueves, y pronto comenzaron las comparaciones, pero también los señalamientos, a los que fueron ajenos los aficionados, que celebran que el equipo ahora tendrá millones para comprar a los mejores jugadores y ganar títulos.
Pues bien, el objetivo es que se convierta, pronto, en un Manchester City o un PSG, dos equipos que fueron comprados y a los que les cambió la historia luego de que multimillonarios se hicieran de la mayoría de sus acciones.
En medio de todo, hasta Amnistía Internacional criticó a la Premier League por permitir la venta de las "urracas" a un consorcio liderado bajo dinero de un país donde los derechos humanos no cuentan.
Al frente de todo está Mohamed Bin Salmán, un multimillonario y príncipe heredero al trono de Arabia Saudí, quien ha sido señalado, sin haberse probado nada, de estar involucrado incluso en las órdenes de un asesinato.
Desde hace un tiempo, el rey Salmán bin Abdulaziz sufre Alzhéimer y es Bin Salmán quien manda en el país. Desde entonces, se nombró Ministro de Defensa y prometió acabar con la corrupción. Bajo esa figura, arrestó a más de 500 personas, incluidos algunos millonarios en un hitel de lujo, confiscó más de 700.000 millones de dólares y pesa sobre su historial un señalamiento desde Estados Unidos como quien dio la orden del asesinato del periodista Jamal Khashoggi, crítico al régimen, en un hecho que ocurrió en 2018.
Tiene tanto dinero que ni siquiera se sabe con precisión, pero se estima que posee unos 370,000 millones de dólares, es decir, mucho más que todos los dueños de los clubes de la Premier League juntos.
Por eso del dinero es que los aficionados del Newcastle celebraron la venta, ya que esperan que pronto se inviertan millones en el equipo y sea de los que peleen los títulos de la Premier y los torneos continentales.