Bajo este nombre ha nacido una iniciativa de personas altruistas, que tiene como rostro visible a la presentadora de televisión Linda Cruz, quien por medio de sus familiares, amigos y compañeros de trabajo han podido transformar la historia de cientos de personas afectadas por la tormenta tropical Amanda, pero con el paso del tiempo, ya tiene ideas de convertir en esta idea en algo permanente. Sobre esta noble iniciativa habló con Cancha.
-¿Cómo nació la idea de repartir víveres?
Cambiando Realidades nace luego de conmoverme profundamente al analizar la difícil situación que muchos atraviesan en el país. Sumando las afectaciones por la pandemia, llegan los estragos de la Tormenta Amanda, en donde muchas personas llegaron a perderlo TODO. Definitivamente, era el momento ideal para brindarle un apoyo a quienes lo necesitan.
Esta iniciativa surge sin pensarlo dos veces y para quedarse de forma permanente, con la mentalidad de ayudar cuando se pueda y como se pueda. Es un tema muy complejo, hay millones de personas que viven en condiciones críticas a veces hasta sin acceso a granos básicos y agua apta para tomar.
A diario me llegan muchísimos casos solicitando ayuda, pero para todo esto hay procesos: analizar de que comunidades se trata, a cuantas personas se beneficiará, cual es la disponibilidad de recursos para ver si se logra cubrir a todas las familias, edades para saber que donativos llevar, que es lo que mas necesitan y la urgencia de cada caso. Para ellos, lo poco significa mucho, y sin el apoyo de muchísimas personas que se suman por llamados en redes sociales todo esto no sería posible.
-¿Ha encontrado apoyo desde que presentó la propuesta?
Totalmente. Desde el inicio mi familia, amigos y compañeros de trabajo me han apoyado, y no se diga quienes me siguen en redes sociales que han sido una gran motivación para seguir haciéndolo. Ha sido impresionante ver como tantas personas han aportado su granito, ya sea con comida, ropa, pañales, agua, transferencias a banco o en la campaña de gofundme para comprar canastas básicas, colchonetas y materiales de construcción que las personas necesitan.
Agradezco infinitamente a esas personas que me conocen y a las que no me conocen personalmente y han confiado en mí para hacer llegar su ayuda. Además, me siento muy emocionada de compartirles que en los últimos días se han empezado a sumar empresas muy grandes del país, lo que nos tiene muy motivados y pronto estaremos compartiendo buenas noticias de importantes donativos.
-¿Cuál es su sensación tras finalizar cada jornada?
Es una sensación indescriptible. Sin duda, emociones encontradas al ver las difíciles condiciones en las que muchos viven en El Salvador, pero también llega la satisfacción de ver que las personas se quedan un poco más tranquilas y con una sonrisa en su rostro con la ayuda que uno puede brindarle.
Las personas reciben con mucho amor lo que uno les lleva y se vuelve algo totalmente significativo. A veces en un solo día hacemos rutas de donaciones desde las 8:00 a.m. hasta las 9:00 p.m., es cansado, pero vale la pena cuando se trata de ayudar a otros, por eso invito siempre a que todos los que podamos ayudar lo hagamos, ahora son esas personas y mañana podría ser cualquiera de nosotros. Al finalizar cada jornada, tenemos más motivación para que sigan siendo más y más familias beneficiadas con Cambiando Realidades.
-¿Algún caso en particular que le tocó por lo que pudo observar?
Todos los casos son muy diferentes y te tocan. Especialmente cuando se trata de niños y adultos mayores. Si tuviera que elegir los casos que me han tocado más y me han motivado a seguir sería el caso de Doña Bertha, quien en La Libertad, perdió absolutamente todo por salvar a sus nietos. El río destrozó su casa y todo lo que había dentro de ella, tenía su planchita para hacer tortillas de lo que vivía, misma que no había terminado de pagar, también la perdió.
No le quedo ni una prenda de vestir, ni su refri, ni su cocina, ni su cama. Necesitaba de nosotros y brindarle ayuda para recuperarlo todo fue un impulso tremendo para iniciar formalmente con Cambiando Realidades.
También podría mencionar el caso de Doña Andrea de 102 años en Jayaque, quien por años ha dormido en una base de madera con alambres, no ha tenido un colchón para poder descansar tranquila. Poco acceso a alimentos, agua y sus láminas destrozadas por las últimas lluvias. Ahora sabemos que podrá reconstruir su casita con nuevas láminas, dormir más cómoda y comer mejor y eso es una enorme satisfacción para Cambiando Realidades.
-¿Cree que los comunicadores con más proyección en la gente deben servir de canal para ayudar en estos complicados tiempos?
Sin duda alguna, los comunicadores tenemos un alcance e impacto importante, y me parece que la mejor forma de aprovechar esto es para ayudar a los demás, para unir fuerzas y para motivar a otras personas a que también den lo que puedan, poquito o mucho, todo cuenta. Muchas personas utilizan las redes sociales para compartir mensajes hasta negativos, y no nos damos cuenta de las grandes cosas que podemos hacer por medio de ellas. Varios comunicadores del país son un gran ejemplo para otros salvadoreños, y mostrar este tipo acciones a replicar me parece que debe ser algo que la mayoría debemos buscar, no por uno mismo, sino por un mejor El Salvador.
-¿Seguirá con la ayuda o tiene un tiempo que la finalizará?
Esto es un punto importante y que me gustaría resaltar. Cambiando Realidades ha llegado para quedarse, esta iniciativa será una fundación de ayuda PERMANENTE para todas esas personas que lo necesitan. En los momentos de emergencia, los esfuerzos se multiplicarán pero siempre se estará ayudando a salvadoreños de diferentes comunidades y casos puntuales.
En lo personal, me he entregado completamente a este proyecto, y desde el primer día prometí dejar mi corazón para Cambiar Realidades, así ha sido y así será, esperando contar con el apoyo necesario de todas las personas. Agradezco la disposición y el apoyo de todos los que a diario se comunican conmigo para ser voluntarios, a todos los que han apoyado cada entrega de donativos, cada preparación y separación de lo recolectado, y a los que donan cada vez que pueden. Recuerden que ayuda más el que realmente quiere que el que tiene. Lo poquito siempre será mucho para personas que lo han perdido todo.
