Las aguas se han perfeccionado para ella. Y ahora, tienen la calidad de María Fernanda Cruz. La nacional se ha especializado en la natación artística (antes llamado nado sincronizado) y a sus 16 años ya logró cosas interesantes. Entrena toda la semana en El Polvorín, compite fuerte y su mente ya está en los Juegos Panamericanos de Lima 2019. Sí, porque se logró clasificar junto a su compañera Grecia Mendoza.
Pero ese es su presente. El pasado, corrió rápido en sus años de infancia y comienzos de adolescente, mismos en los que fue coleccionando logros destacados.
“Llegué porque quería aprender a nadar, pero de la nada vi a niñas practicando nado sincronizado y me pareció bien raro lo que estaban haciendo. Entonces dije: ‘Voy a intentarlo’. Y estoy acá”, resume.
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Eran apenas ocho años cuando comenzó a nadar, pero unos meses después ya estaba en el sincronizado. María Fernanda, quien pertenece al Club Ariana, agradece que lleve cinco años trabajando con su misma pareja de duetos. Y se sincera en que ella la “motiva” y que “aparte de ser compañera, son mejores amigas”. “Es por eso que nos entendemos súper bien, y a la hora de las rutinas nos concentramos las dos, nos damos apoyo y todo es súper chivo”, recalca.
Esta chica, quien acepta que la materia que más le “encanta es el inglés” y las que menos prefiere son las matemática y las ciencias, explica un poco sobre cómo ve esta modalidad distinta de la natación: “Es un deporte muy completo, ya solo aguantar el aire y tener que estar moviendo las piernas es demasiado difícil”, asegura.
“Y lo bonito, es todo. Es que combina varios deportes, no solo es la natación, sino también gimnasia, ballet”, complementa.
María Fernanda cuenta que sus mejores logros han sido en dueto. Ha destacado en eventos como Camex, C.A., Abierto Internacional de Cancún, y C.A. y del Caribe de Barranquilla, siendo este último su escalón más alto. En estas competencias, excepto en suelo cafetero, ha logrado subir al podio por medallas.
“Haber clasificado a los Panamericanos es otro nivel para nosotras. Con esto, estamos abriendo las puertas a otras niñas, que vienen detrás de nosotras. Todos estos logros me dejan bastante satisfecha. Muy feliz. En Lima, esperamos quedar lo mejor posible, representar muy bien al país y darle orgullo a todo El Salvador. Va a ser una competencia muy fuerte, pero vamos a darlo todo, aunque halla dificultades”.
Cruz, quien desea ser una licenciada en relaciones internacionales, confiesa que admira a la nadadora española Ona Carbonell. Durante este año, espera competir en un C.A. de sincronizado en Guatemala. Mientras para 2019, antes de Lima, espera asistir a un campamento en México.
Su entrenadora Jenny Véliz confiesa de su alumna: “Tiene un talento nato. Es una atleta que le salen natural los ejercicios técnicos. Y ha tenido un crecimiento grande”.
Del futuro de María Fernanda, acepta que es “muchísimo, es de nuestras puertas a nivel internacional. Es para que crezca El Salvador y llegue a Olímpicos”.