De los campos de fútbol, a los campos santos. A los de despedida de la vida. Es ahora por ahí por donde se mueve Josué Coreas, exportero de Águila y de otros equipos de Primera. Un exguardameta que sigue superándose, alejado de su pasión por el fútbol, para llevar alimento siempre a su mesa.
Por eso, Coreas, aquel que defendió los colores emplumados durante varios años, sigue demostrando que no arruga la cara a nada. El trabajo es su buen amigo y, desde hace casi un año, labora para la Funeraria Nueva Jardín, en San Miguel. Combina esta labor con la otra que ya realizaba previamente que es en el mercado y en el rastro oriental. En el primero, vende reses y embuta; y en el otro, jala la res para varios clientes.
El exportero de Primera División que trabaja en un rastro para ayudar a la población a subsistir
Pero en su faceta más actual, el portero señala que tiene varias labores que ejecuta. Si bien está en el área de ventas, cuenta que sus funciones son diferentes, en las cuales incluye “vender, dar servicios funerarios, enterrar”, entre otros. No solo eso, con la pandemia del Covid19, también de realizar ese tipo de tarea.
“Las labores son las de asesorar a los clientes, hacer protocolo Covid-19, exhumaciones, repatriación de salvadoreños y centroamericanos, y traslados a diferentes parte de El Salvador y Centroamérica”, cuenta.
Sobre desde cuándo puso pie en este mundo complicado, como es el de ser parte de una funeraria, se sincera y agrega con orgullo: “Culminando la cuarentena estricta. He estado así trabajando en protocolo Covid19, y el tema de la repatriación de cadáveres centroamericanos a través de El Salvador es por vía terrestre que los hacemos llegar. Hay que decir que somos los pioneros en la repatriación de cuerpos Covid19 por esa vía terrestre”.
Ya que las funciones de Josué son amplias, y sus días son largos, explica cómo se divide, dejando claro que hay poco tiempo para más que trabajar. “El horario en la Funeraria es de 2:00 de la tarde hasta las 11:00 de la noche. Pero antes, por la mañana, comienzo temprano con lo del puesto del mercado de mi suegra y el rastro. Sigo ahí y los horarios son de 5:00 de la mañana a las 12:00 del mediodía”, relata, por lo que tiene un corto tiempo para pasar de un empleo a otro.
En cuanto a por qué aceptó o decidió hacer esta labor, que no es para cualquiera, no tuvo rodeos en responder. “La verdad, porque me gustó poder ayudar a las personas en los momentos difíciles y críticos de la vida”, expresó.
Para Coreas, en un mundo afuera del fútbol, su superación sirve de ejemplo para muchas personas, incluso a migueleños a quienes en plena cuarentena los ayudó con sus responsabilidades en el mercado; y también sirve a sus colegas del fútbol, como una muestra de superación y de que cuando se quiere, se puede.
“Ahora en día, me defino como una persona estable en mi trabajo y en mi hogar, como un ejemplo de admiración para mis amistades cercanas y como otro de superación para las personas que me conocen con quienes he convivido en el ámbito futbolístico. Pero también, en la actualidad, en mis trabajos”, manifestó.
Finalmente, Coreas está satisfecho con este ejercicio de vida que está sacando adelante. Y, de igual manera, canaliza cómo lo proyecta este trabajo frente a la muerte, que no es para cualquiera. Fortaleza antes que nada por parte de aquel portero que, al igual que defendió con su vida el arco, ahora lo hace para ayudar a otros en un momento difícil.
“Me siento orgulloso, ya que lo veo como una superación personal y un apoyo en general hacia las familias afectadas por la pérdida de un ser querido. Sí, me hace fuerte, porque me hace ver un punto en la vida para el cual nadie está preparado”, cerró.