La violencia en el deporte y, en particular en el fútbol, no es algo nuevo. Pero las aficiones de algunos equipos en Latinoamérica llevan las cosas al extremo. Tal es el caso de lo que ha ocurrido con la denominada “Garra Blanca”, la asociación de fanáticos más radicales del Colo Colo.
El equipo es el más popular del fútbol chileno, pero hoy en día atraviesa uno de sus momentos más grises de su larga historia. Esta tarde, a las 3:00 p.m. hora cuscatleca, se enfrentará por el encuentro de relegación ante el Universidad de Concepción, un partido que, de perderlo, los llevaría a la Segunda División, la temida “B”.
En el fútbol de ese país sudamericano, los dos últimos bajan automáticamente: se despidieron Deportes Iquique y Coquimbo Unido, con 38 y 35 unidades acumuladas en el torneo. El Colo Colo hizo apenas uno más que el penúltimo, es decir, 39, por lo que sigue con vida pero tendrá que jugar un partido de promoción o especie de repechaje contra el cuadro universitario de Concepción.
La situación que se vive es tensa e histórica. El equipo con más campeonatos de Chile y el único que luce en sus vitrinas una Copa Libertadores podría terminar hoy en Segunda División.
Antes del encuentro, la hinchada más radical amenazó a los jugadores con matarlos, sí, con asesinarlos si no ganan el partido.
Las autoridades tuvieron que desplegar a más de 400 policias y también habrá personal del Ejército para tratar de resguardar la seguridad en el encuentro.
En 95 de historia, nunca el Colo Colo estuvo en una situación similar, ni siquiera cuando estuvo a punto de quebrar financieramente, en el 2000.
Sin embargo, la situación deportiva del equipo roza el ridículo. Llevan 13 partidos sin anotar en el torneo nacional. Apenas ganaron tres juegos de visita.
El equipo, que enfrenta pérdidas de 1.5 millones de dólares en medio de la pandemia, podría perder cerca de medio millón de dólares mensuales en concepto de transmisión de sus partidos en Primera DIvisión, claro si desciende.
Ante todo esto, cuando los de Universidad llegaron a la ciudad de Talca, a donde se disputará el partido, fueron recibidos por sujetos que les lanzaron panfletos con mensajes de amenazas de muerte.
Hubo un despliegue policial desde el lunes, cuando arribaron los rivales. Pero la cosa no terminó ahí. El martes, en el Estadio Monumental de Colo Colo, la barra brava llegó con un “banderazo”, y los hinchas desplegaron un lienzo con la frase “Ganan o los matamos”, hecho que fue catalogado como una amenaza directa para el equipo.