Bélgica podría perder a sus dos centrocampistas creativos, Kevin De Bruyne y Eden Hazard, mañana en cuartos de final de la Eurocopa frente a Italia y forzar al seleccionador a buscar un "Plan B".
El esguince de tobillo de De Bruyne (tras una entrada del portugués Palhinha en octavos de final) y la elongación en la parte trasera del muslo derecho de Hazard, tienen a los aficionados de los "Diablos Rojos" en ascuas. Ninguno de los dos entrenó ayer.
"¿Y sin ellos, cómo hacemos?", puso en su primera página ayer un diario de Bruselas.
Si no juega Hazard, lo que es muy probable, será Yannick Carrasco, el jugador del Atlético de Madrid, quien entre en su lugar, aunque no ha convencido en los partidos de la fase de grupos contra Rusia y Dinamarca, hasta el punto de ser sentado en el banco contra Finlandia.
En el caso de De Bruyne, su ausencia sería un golpe duro para los belgas. Y aunque hay más optimismo que en el caso de Hazard, Roberto Martínez, el macizo belga, ya se hace a la idea de que el pelirrojo vuelva a faltar, como ya pasó en el primer mascón del torneo.
Su tobillo no sufre "de ningún daño estructural" y Kevin fue "tranquilizado" por los exámenes médicos, afirmó Martínez.
Pero el seleccionador debe preparar por si acaso una solución para sustituirlo, que podría pasar por Dries Mertens.
El del Nápoles es el sustituto lógico de De Bruyne, aunque ha sido el belga más decepcionante en los cuatro primeros partidos. Leandro Trossard (Brighton) o Dennis Praet (Leicester) podrían salir por De Bruyne también.
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