Las revelaciones de un ex compañero de Maradona en Barcelona: “Tuvo una doble vida, nadie le decía que no”:

El ex jugador Víctor Muñoz disfrutó del paso de Pelusa por Cataluña y desveló varios secretos de su tiempo como compañero del astro argentino.

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Diego Armando Maradona murió el 25 de noviembre a los 60 años. Foto: AFP

Por Roberto Montano / Agencias

2020-12-20 9:06:15

El 25 de noviembre murió Diego Armando Maradona pero los recuerdos siguen latentes para aquellas personas que estuvieron cerca de él; más aún si lo hicieron dentro de un campo de juego. Víctor Muñoz fue compañero de Pelusa durante dos años en el Barcelona, donde juntos ganaron una Copa del Rey (1982/3), una Copa de la Liga (1982/3) y una Supercopa de España (1983/84).

El ex mediocampista es palabra autorizada para revelar detalles de la etapa del argentino en el Barça y, además, describir el duro trato que recibía de sus rivales sobre el césped. “La agresividad que se exhibía contra él era terrible”, destacó el hombre, de 63 años, en diálogo con Infobae.

Desde su casa en Barcelona, España, Muñoz explicó por qué Diego no triunfó en Barcelona, el daño que le causaba su entorno y la diferencia con su compatriota Lionel Messi.

-¿Cuál es el primer recuerdo que se le viene a la cabeza de Maradona?

-Fue el día que debuté con el Barcelona en el Camp Nou frente a la selección argentina con Diego Armando Maradona. Corría el año 81, en el homenaje a Charly Rexach. En ese amistoso, me tocó la difícil tarea de marcarlo. En aquella época, Daniel Pasarella era el capitán y le daba el balón a Pelusa en el área grande y empezaba a jugar desde allí. Yo no sabía qué hacer: si ir a quitárselo o quedarme en la mitad de cancha a esperarlo. Intenté que no jugara, pero me fue difícil. Finalmente, hizo un gol Simonsen y ganamos 1-0. Después, al año siguiente fue el Mundial 82 y vino para el Barça, donde fuimos compañeros con todas las vicisitudes que vivimos juntos. Luego, me lo encontré en Italia, donde ya había triunfado plenamente, y jugué una final de Copa con la Sampdoria ante el Napoli, y varias veces por el Scudetto.

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-A sus 21 años y recién llegado al Barça. ¿Diego se mostraba como un chico tímido o extrovertido?

-Era muy joven e introvertido. Después, cuando se fue al Napoli alcanzó la madurez necesaria que no encontró en el Barcelona. Era una figura muy reconocida, incluso en Italia, defendiendo los intereses del Napoli, un club pobre del Sur. Entonces, ya tenía otra formación. Su personalidad se fue transformando con el tiempo. Ni bien llegó a España era tímido, precavido y tranquilo, pero después lógicamente se desarrolló y fue de otra manera. Si hubiese venido con más edad al Barcelona, hubiera tenido una vida mucho más tranquila y habría logrado muchos éxitos. Con un Maradona maduro, el Barça se transformaba en el Ave Fénix de los años 80´. Fue grandioso verlo de primera mano. Tanto en el plano deportivo como en el personal, porque era un chico humilde y muy cercano a todos.

-¿Por qué no llegó a triunfar en el Barcelona?

-Porque no tuvo la madurez suficiente en su momento como para llegar a Europa. Barcelona fue su primer salto al exterior. Diego no tenía la edad suficiente para integrarse a lo que era el equipo culé. La década de los 80 la marcó Maradona, pero no con el Barça por las lesiones que sufrió y la hepatitis que contrajo. También, por las circunstancias peculiares de la institución, no sólo por él. Parte de la culpa es del ex presidente José Luis Nuñez, que no supo proteger a una figura como Diego, que llegaba a España. Además, el estamento futbolístico español no protegió al genio del fútbol como lo merecía. Siempre se debe proteger a las figuras como él. Hoy, Messi está mucho más protegido para poder brindar espectáculos. En esa época, no fue así con Diego por la dureza con la que se jugaba y los rivales que le pegaban bastante para no dejarlo jugar. Por ese motivo, padeció una dura lesión (fractura del maléolo peroneal del tobillo izquierdo) que lo dejó cuatro meses fuera de las canchas (por la patada de Andoni Goikoetxea). En la década del 80´ le pegaban mucho más a Maradona de lo que hoy lo hacen con Messi.

 

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-Como en esa final frente al Athletic por Copa del Rey en 1984 que terminó con golpes de puños y patadas entre los mismos jugadores…

-Claro que sí, fue muy duro todo lo que sufrió Diego, pero hubo una final que fue muchísima más dura que esa. Fue en 1983, en la ciudad de Zaragoza, entre el Real Madrid y Barcelona. Ahí se percibe lo fuerte que le iban a Maradona con maldad y cómo lo terminaron lesionando. Los rivales iban a propósito porque no lo podían parar. Llegaban hasta donde se podía para evitar su juego. Luego, llegó la final de Copa contra el Athletic que fue un desastre. Fue lo más feo. La agresividad que se exhibía contra él era terrible.

-¿Cuando contrataron a Menotti como entrenador empezaron a entrenarse por la tarde para adaptarse a los hábitos de Diego?

-Sí, nos dieron la explicación de que fisiológicamente al deportista le va mejor entrenando por las tardes; nos dijeron eso desde el cuerpo técnico. Entonces, pasamos a entrenar por las tardes. Era razonable por una parte y no lo era por la otra. No era habitual en España, pero lo hicimos, y no hubo problemas en cambiar de turno.

 

Victor Muñoz se destacó en Zaragoza, Barcelona y Sampdoria. Y jugó dos Mundiales con España, en 1982 y 1986 (Colorsport/Shutterstock)

-¿En los dos años que estuvo Diego en Barcelona se vio en algún momento su mejor versión como futbolista?

-Sí, hubo momentos futbolísticos importantes. La final de la Copa del Rey, un partido contra el Real Madrid y las jugadas espectaculares que veíamos en los entrenamientos. Era un espectáculo verlo entrenarse. Hacía cosas increíbles. Protegía el balón, controlaba cualquier objeto redondo, tenía potencia de salida para luego recortar, golpear, sabía salir de espacios. Técnicamente era insuperable. Se le notaba la calle y el potrero en todo, en la forma de ser, de actuar…

También se habló mucho de su generosidad. ¿Es cierto que una vez cobró una prima y la repartió con todos los jugadores del plantel?

-Lo que pasó fue que el Barcelona, en un amistoso en Francia ante el Burdeos, percibió una plata extra (tres millones de pesetas) por la presencia de Maradona en cancha, y la dirigencia decidió repartirla entre todos los jugadores del plantel. Diego Maradona hizo el sacrificio de jugar ese amistoso para que el equipo pudiera recibir ese dinero extra.

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-¿Maradona fue feliz en el Barcelona?

-Sí, fue una persona feliz, pero tuvo momentos difíciles que se unieron para que tomara la decisión de irse al Napoli. Creo que ha repercutido en su vida hasta cuando se retira como profesional. A partir de ahí, eso lo perjudicó. Seguramente, si hubiera seguido viviendo y jugando en el Barcelona, su vida hubiera cambiado para bien.

-¿Cómo era su entorno: le hacía bien o mal?

-Había demasiado parabienes y palmaditas alrededor que no lo ayudaban; eso no le hacía bien. Nadie le decía: “No, Diego, eso no se hace”, y no fue bueno para su vida fuera de las canchas.

-¿Su vida en Barcelona fue bastante desordenada?

-Maradona se entrenaba bien, sin dudas, pero llevaba una vida más o menos desordenada porque vivía a su manera. Ha tenido vida fuera de lo que es el fútbol. Cuando se fue a vivir a su quinta (Pedralbes) un día fueron varios compañeros a visitarlo y cuando llegaron se encontraron con más de 20 personas desconocidas.

-¿Por qué cree que dejó el Barça y se fue al Napoli?

-Fue por diversas circunstancias. El no entendimiento con la junta directiva del Barcelona y con el presidente Núñez, que no hizo un esfuerzo económico para retenerlo. Además de las circunstancias del último partido que jugó ante el Athletic Bilbao por la final de la Copa del Rey, que terminó a las trompadas. También, las lesiones que tuvo fueron un parón importante. También la hepatitis que sufrió durante su estadía en el club, que le privó de tener mucha más continuidad. Y por la falta de madurez producto de su juventud. Fueron un cúmulo de circunstancias, que no lo ayudaron para quedarse. A esto hay que sumarle el planteamiento económico que vino desde Napoli para convencerlo. A raíz de esta situación, su representante (Jorge Cysterszpiler) entendió que Italia iba a ser un buen lugar para que se desarrollara futbolísticamente.