El Barcelona vive momentos duros, no sólo por lo futbolístico, por sus problemas internos y a la espera de las elecciones para junta directiva, o porque Messi casi se les marcha y parece que ya no es el mismo cuando finalmente se quedó.
En lo económico, el equipo está muy mal y se especula con una posible quiebra si no consigue ingresar dinero pronto, y en buenas cantidades.
El medio español El Confidencial realizó un análisis en el que maneja datos con especialistas y economistas para entender la situación actual que vive un equipo que tocó la máxima gloria deportiva no hace muchos años, pero que se ha venido deteriorando poco a poco.
Y es que, paradójicamente, cuando Neymar se fue al París Saint-Germain a cambio de 222 millones de euros (al cambio actual serían unos 272 millones de dólares), comenzó la debacle económica.
Esto porque, según analiza el economista Marc Ciria i Rog, cuando se dio ese caso, el equipo comenzó a cargarse de deudas a corto plazo, además de renovar a sus cracks para evitar que se marchara cualquier otro además de Neymar, lo que, según el medio citado, dio lugar a una masa salarial desorbitada.
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Además, se buscó suplir a Neymar con las contrataciones de Ousmane Dembélé (128 millones de dólares más variables) y Coutinho (147 millones), pero ninguno dio los frutos esperados. Más recientemente, el equipo también hizo llegar a Antoine Griezmann, con lo que los gastos se dispararon aún más.
“El Barça se lanza a la compra de jugadores, tras la venta de Neymar, que no han dado el resultado esperado. Dembélé, Coutinho, Griezmann… Son 400 millones de euros en fichajes que no te están sirviendo, y parte de esos traspasos entran también en la deuda a corto plazo”, mencionó al medio el economista José María Gay de Liébana.
Los resultados deportivos no llegaron, las ganancias derivadas de esto se disminuyeron y, para colmo, los problemas internos de la directiva se sumaron a una bola de nieve que terminó de estallar con la pandemia. Con todo eso encima, surgió el pedido de Messi de marcharse. ya antes, habían renunciado seis directivos, incluido Emili Rousaud, vicepresidente, quien denunció corrupción.
Según Gay de Liébana, “el volumen de la deuda supera los mil millones”, aunque no hay cifras oficiales. Lo único que ha dicho la directiva es que los ingresos descendieron de 133 a 35 millones de euros en relación al Covid y la afición en el estadio.
De no conseguir vender jugadores, o de no ingresar dinero producto de buenos resultados deportivos (por ejemplo, ganar la Champions), el equipo enfrentará una situación económica sin precedentes, que lo podría dejar en la quiebra.
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