Domingo. Tres de la tarde. Cita ideal para ir al estadio a apoyar a FAS. Y así, literal, la hinchada santaneca se volcó a poblar los graderíos del estadio Óscar Quiteño. Era una tarde de pueblo futbolero de esas que ya extrañaban en la “Ciudad Morena”.
Segundo partido seguido en casa, pero primero dominical desde que el estadio estuvo sin ser sede de los tigrillos, por su remodelación. Y cómo no ser aprovechado por los fieles al equipo, que dejaron sin aliento los espacios de sol general y norte, más las tribunas.
Pero desde las afueras del estadio, el movimiento ya dilataba lo que sería el interior. Escenas de muchos aficionados grabando con sus celulares sus ingresos al estadio también se repitieron. Parecía que lo mejor estaba por vivirlo FAS, en su ambiente. Y así fue.
Se habló de un aproximado de 10 mil aficionados que presenciaron el encuentro. Realmente, la grada no fallo. Esa que poco a poco se fue topando, sin reserva. Y la Turba Roja se lució para inspirar a su equipo, que a la postre no pudo cumplirle, por lo menos con el gol del empate.
Una fiesta el Quiteño, la tarde de este domingo. Apoyo fiel de la hinchada santaneca a CD FAS ante Limeño. Espectáculo tigrillo, pqra cerrar torneo regular. #LMF @EDH_Deportes pic.twitter.com/eKN8iiTWbo
— Varinia Escalante (@VSkalanT) December 1, 2019
Ese grito se quedó atorado en las gargantas de los fasistas. Esas que desde que recibieron al equipo, en el calentamiento, no se midieron con su vibra positiva. Gritos que se ahogaron con el gol en contra de Harold Alas, y muchas manos a la cabeza y a los rostros completaron la escena.
Sin duda, la vuelta al cubil de FAS regresa a la alegría de Santa Ana. Al sueño de vivir en el Quiteño otra clasificación a una final. Y la esperanza, como pedía la afición con cánticos al final del juego, de volver a ser campeones. Una hinchada que ayer sí hizo la diferencia.