En Santa Rosa de Lima todavía buscan explicaciones todos, por lo que sucedió ayer. Después de estar ganando con comodidad en el primer tiempo, Limeño se apagó de golpe y en el complemento cedió espacios para que Chalatenango le arrebatara un punto con el 2-2 que firmaron. Sin embargo, los cucheros siguen sin caer en su casa cuando los visita el cuadro morado.
Con una pobre entrada en el estadio Ramón Flores Berríos, así se jugó este partido. La afición está desencantada con el equipo porque ese es el lugar donde deben ganar y solo lo han conseguido una vez en todos el torneo. La cantidad de espectadores fue pobre, pero los cucheros con la idea clara de poder conseguir una victoria.
Para eso, Víctor Coreas, técnico de los orientales, dispuso varios cambios con respecto al equipo que el miércoles pasado empató, en este mismo escenario, contra Pasaquina.
El primero en acercarse al arco rival fueron los cucheros en una pelota parada con un centro al corazón del área que cabeceó Erick Rivera, pero el testarazo se fue apenas desviado.
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Chalatenango empezó a ejercer presión en el mejor dominio y control de balón que hacía el local en los primeros minuto del partido. Incluso obligaban a los cucheros a retroceder, pero en el minuto 11 encontraron la puerta abierta, y Rivera mandó un pase diagonal para Wilfredo Cienfuegos, el cual fue obstruido por Cesar Flores, pero el volante chalateco sólo se la dejó servida para que abriera la cuenta con un remate cruzado.
En los nueve partidos que han disputado estos dos equipos, los norteños no han sido capaces de ganar en Santa Rosa de Lima, por lo que las estadísticas y la lógica se imponían a esa altura del partido.
El problema para los duros del norte es que antes de este partido estaban novenos en la tabla de posiciones con 16 puntos, uno menos que el equipo mantequero. Para seguir ahí cerca de los lugares de clasificación a los cuartos de final debían buscar otro resultado, con bastante tiempo todavía por disputarse.
Boris Morales estuvo a punto de poner todo en orden al minuto 27, con una jugada individual en la cual arrastró marcas y también las evadió, pero de a poco se le fue cerrando el ángulo y solo pudo sacar un tiro suave y que pegó en un costado de la meta de Manuel González.
El cambio de timón en Chalatenango no tenía sus efectos todavía. Misael Alfaro recién tomó al equipo y está diseñando su idea con el plantel que tiene. De hecho, ayer sólo plantó jugadores nacionales en el once titular, pero no le respondían.
Al sostener más la pelota y llegar con una mejor idea, Limeño logró el 2-0 en un tiro de esquina gracias, también, a la complicidad de los defensas que no fueron capaces de despejar el peligro. Erick Rivera fue el que concluyó la jugada con un derechazo cuando ya iba al piso, por la fuerte marca que le hicieron.
Coreas no se había equivocado, estaba ganando con comodidad y lo mejor, para sus apuntes, es que los goleadores eran jugadores en los que confió para este compromiso. Del lado visitante había que hacer un doble esfuerzo, porque lo realizado en el primer tiempo no le iba a servir ni para acercarse en el marcador.
La constante de trabajo en la visita, en todo el primer tiempo, para tratar de llegar a hacer daño en el área de Meme González fue el pelotazo buscando a Boris Morales y Marvin Márquez, pero siempre pelearon contra Jhony Ríos y el colombiano era un muro por arriba, no le ganaban ninguna.
Sin embargo, al 48′, Morales se volvió a animar con una jugada individual, pero antes de gestarla tuvo que luchar con Walter Guevara para robarle el balón por el costado izquierdo y de ahí empezó a abrirse espacios por el centro hasta poder sacar un latigazo de pierna derecha, que antes de besar la red pegó en el poste.
Con esa anotación los norteños se metieron al juego y desde el banquillo mantequero empezaron a mover piezas y llegaron al partido Roberto Sol y Francisco Álvarez, para ganar piernas en el medio campo y buscar el tercer gol que les diera un poco de tranquilidad.
Pero Chalate estaba más metido en el duelo, ya no tenía tan cerrados los espacios cuando atacaban. Conformaron un bloque más sólido para llegar a tres cuartos de cancha y desde ahí se gestaban las llegadas.
De manera inexplicable, pero sin desmerecer el trabajo de Chalatenango, Limeño como que bajó los brazos, se acomodó al triunfo momentáneo y lo pagó caro con el empate que llegó al minuto 76, gracias al capitán Aníbal Parada que se descolgó al ataque.
El equipo morado terminó rearmando un buen medio campo que le dio la posibilidad hasta de terminar con los tres puntos. Lo de Limeño, en casa, no se explica, porque después de jugar un buen primer tiempo, en el complemento las revoluciones bajaron automáticamente y dejaron ir la oportunidad de conseguir su segundo triunfo en casa, en lo que va del Apertura.