SAN SALVADOR. Son casi las 11:00 de la mañana, otro día para practicar el fútbol en la cancha Azteca, de Ilopango. En el ambiente se escuchan que estiran algunas vendas y se percibe un fuerte olor a una pomada para calentar los músculos. Luego viene el pitazo para iniciar. No hay mucha explicación de parte del profesor, los alumnos toman la idea rápido, claro, no son unos niños. Son personas entre los 40 y 60 años, algunos todavía con algunos menos, otros con un poquito más. Esta es la escuela de “Papi” fútbol que lidera Óscar “Kaká” Jiménez, jugador profesional, ex de la Selecta Mayor y de varios equipos de Primera.
Con colaboración de la alcaldía ilopaneca, el “Kaká” Jiménez tiene a su cargo a un grupo de casi treinta personas, entre ellas dos mujeres; a quienes ejercita, con el mismo método como que fuera un equipo de fútbol.
La escuela de fútbol para adultos en Ilopango
Con colaboración de la alcaldía ilopaneca, el “Kaká” Jiménez tiene a su cargo a un grupo de casi treinta personas, entre ellas dos mujeres; a quienes ejercita, con el mismo método como que fuera un equipo de fútbol. “Para mí es un orgullo entrenar a toda esta gente.
“Para mí es un orgullo entrenar a toda esta gente. Son personas que me ayudaron y ahora yo los estoy ayudando a ellos. Mi mayor satisfacción es verlos contentos, escucharlos de que se sienten personas nuevas, porque algunos ya ni corrían y ahora lo hacen con gran facilidad”, comenta Jiménez.
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Desde 2009, Óscar Jiménez está trabajando con la alcaldía de Ilopango, en el área de deportes. Este proyecto es financiado por el actual edil, Adán Perdomo, quien “donó todo el material (pelotas, conos, uniforme) para que esto se echara a andar”.
Junto con la alcaldía, el “Kaká” también tiene a cargo a las escuelas municipales, con quienes trabaja en la tarde. También imparte aeróbicos en el parque “Los Dinosaurios”, en Ilopango. Además, recientemente Jiménez se sumó al cuerpo técnico del C.D. Ilopaneco, en la Segunda División.
La escuela lleva año y medio funcionando y la idea nació, reitera el “Kaká”, tratando de devolver un favor: “Son personas que tengo años de conocer. En mis ratos libres yo venía a esta cancha, a hacer mis trabajos personales, entre terminaba un torneo y empezaba el siguiente. De repente se me acercaron tres personas y trabajaban conmigo. Luego llegaron a ser diez, quienes trabajaban junto a mí, pero haciéndolo con ritmos diferentes. Entonces al ver que esta gente estaba entusiasmada y ver que querían entrenar, ahí surgió la idea. Lo comenté con el alcalde y se entusiasmó. Así es como nace la escuela de papi”, explica.
Con la escuela, sobre lo que trabajan en cada sesión: “No va enfocado en que aprendan a jugar fútbol. Lo que se hace con ellos, es que con base en el fútbol, vuelvan a ser personas ágiles, que tengan movilidad en sus articulaciones, que vuelvan a recordar el toque, porque muchos de ellos son muy buenos con la pelota. A la edad de ellos, les cuesta agacharse, tirarse (en el caso de los porteros). Así que esto es, más que todo, por salud. No porque busquen entrar a una competencia”, menciona Jiménez.