Las lágrimas de Cristiano Ronaldo, impotente ante una expulsión aparentemente injusta en Valencia (0-2), marcó la sesión del miércoles en la Liga de Campeones, con triunfo, fútbol e innumerables ocasiones del Real Madrid, con victoria del Bayern Múnich y con la inesperada derrota del Manchester City.
Más allá de marcadores y goles, la imagen de la jornada fue la desesperación de Cristiano Ronaldo, tirado en el suelo, con las manos en la cara e incrédulo cuando el árbitro alemán Félix Brych, previa consulta con el asistente de área, le enseñó la tarjeta roja en el minuto 29 de su estreno en la ‘Champions’ con el Juventus.
En el primer partido del Real Madrid en Champions League sin Cristiano Ronaldo, los merengues se impusieron sin complicaciones tres goles a cero a la Roma. Isco, Bale y Mariano Díaz Mejía fueron los autores del triunfo blanco.
Lloró de impotencia Cristiano, que enfiló el vestuario entre las lágrimas, expulsado por primera vez en su carrera en competición europea y por una sanción desproporcionada. Su pugna con el defensa colombiano Jeison Murillo cuando acudía al remate o su posterior reproche al central cuando cayó al suelo no fue para tanto, como mucho para una tarjeta amarilla, incluso quizá para un simple aviso.
Mientras sus compañeros rodeaban al colegiado, mientras Mestalla celebraba tal decisión, aparentemente injusta -en la Liga de Campeones no se emplea el VAR-, Cristiano habló con Marcelino García Toral, se apoyó en el túnel y recibió el consuelo de Pavel Nedved, primero, y del triunfo de su equipo en Mestalla (0-2), después.