Conoce al entrenador del Audaz, quien se nutrió en la Segunda para ser un gran entrenador

Su trayectoria como futbolista se desarrolló, sobre todo, en Segunda División, pero donde más ha destacado es en labores de técnico. Su última experiencia: Salvar a Audaz

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Por Raúl Recinos

2018-05-27 6:43:19

Una lesión de rodilla obligó a Carlos Romero a ponerle fin a su etapa de futbolista a los 30 años. Sin embargo, su pasión y el deseo de seguir ligado a ese deporte, le llevó a tomar los cursos para convertirse en técnico, una etapa que ahora explota y que, curiosamente, le ha permitido dirigir a los que un día fueron sus compañeros.

El caso más reciente es Edwin la “Rata” Benítez, con quien militó en Atlético Marte, y tuvo como pupilo en Audaz.

Al ser originario de Nueva Guadalupe, el primer equipo que le abrió la oportunidad de debutar fue el Guadalupano, apenas con 15 años . Sin embargo, su sueño fue tener una oportunidad en el Águila, donde entró a una convocatoria de reservas, pero no quedó.

“Me incliné por Águila, porque recuerdo la primera vez que fui al Barraza, el primer juego que vi fue de Águila. Me recuerdo de Alcides Caballero, que era el portero, Nel Barbosa, Luis Güelmo, Macora Castillo, Pelón Ramírez, Tractor Machado, Salvador Coreas, Hugo Coria”, menciona.

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Su escuela fue la calle, canchas polvosas, no tuvo una formación metódica para jugar, pero en esa misma escuela donde jugaban bajo la lluvia y a veces hasta descalzos, tuvo a los mejores compañeros de equipo, que eran sus primos.

“Desde los inicios, desde que estábamos pequeños con mis primos, siempre nos gustó el fútbol, a pesar de que no teníamos alguien que destacara tanto en la familia. Quizás fui el único que llegó a jugar de una manera profesional”, recuerda.

Después de estar en el Guadalupano, en la Tercera División, dio el salto a la Liga de Plata, donde encontró más espacio y realizó la mayor parte de su corta carrera.

Primero fue en el desaparecido España de San Buenaventura y de ahí dio el salto al Cojutepeque. “Como jugador no alcancé muchos logros, sin embargo, siempre consideré que en las instituciones trataba de aportar mis cualidades”, dice Carlos Romero.

Después de pasar por las filas del Cojute se le dio la oportunidad de llegar a la Primera División, con el Atlético Marte, donde tuvo dos etapas, pero la primera fue corta, porque regresó a la liga de ascenso para vestir la camisa del Coca Cola y, después, la de la UES. En la Universidad Nacional también logró sacar su carrera de licenciado en Educación Física, condecoración que le valió para trabajar en diferentes colegios del país.

Volvió con Marte en el 2005, pero ya para retirarse con 30 años de edad La espina por seguir metido en el fútbol ya estaba clavada.

¿Qué hace?

El Mundial de España 1982 y el de México 1986 lo marcaron, lo motivaron a dedicarse al fútbol. Estudió en la Escuela de Educación Física y después la licenciatura en la UES. Conoció de la Asociación de Entrenadores de El Salvador y no dudó en estudiar para ser técnico, trabajo que realiza hasta la fecha. Su último trabajo fue con el Audaz de San Vicente, equipo al que llegó a salvar y meter hasta semifinales del pasado Clausura 2018.

Ha tenido experiencias como principal y auxiliar, de esta última, su mejor recuerdo es cuando trabajó con Guillermo Rivera en el 2013 y casi terminaron invictos la fase regular, pero en la última fecha perdieron ante la Universidad de El Salvador.

El primer equipo al que dirigió fue a la Asunción y su buen trabajo fue visto por otros equipos de Liga de Plata y Primera División.

Con Municipal Limeño estuvo en dos etapas, pero la mejor fue entre 2015 y 2016, ya que fue bicampeón y regresó al equipo a Liga Mayor, pero no le dieron continuidad. También pasó por Vista Hermosa (Primera), Guadalupano, Aspirante y Jocoro, el nuevo benjamín del circuito mayor, y que dejó encaminado.