Dua Lipa conquista Latinoamérica entre música y cultura local

La gira latinoamericana de Dua Lipa dejó algo más que conciertos multitudinarios: la cantante británica logró una conexión directa con cada ciudad que visitó, apropiándose de sus melodías y costumbres de forma natural y muy celebrada por el público. Su llegada a inicios de noviembre a Buenos Aires marcó el inicio de un recorrido donde su cercanía se convirtió en sello personal.

Una artista que se mezcla con cada destino

Atractiva, carismática y respaldada por una colección de éxitos globales, Dua Lipa ya contaba con el entusiasmo de sus seguidores antes de pisar la región. Pero una vez aquí, redobló ese vínculo mostrando verdadero interés por conocer cada lugar.
"Es de las pocas artistas pop que demuestra tanto interés por realmente conocer la cultura de los lugares a los que va y en conectar así con sus fans", explicó la ingeniera mexicana Sara Canto, quien viajó más de 900 kilómetros para verla en Ciudad de México y confeccionó durante semanas un atuendo especial para el concierto.

En esta ciudad, el fervor llegó al punto de inspirar la apertura temporal de una taquería llamada La Dua, donde los fans esperaban verla probar tacos bautizados con los nombres de sus canciones mientras la gira se acercaba a su cierre en el país.

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Samba, fútbol y gastronomía: una ruta de experiencias

El paso de la artista por Brasil fue una muestra clara de su intención de mezclarse con la vida local. En Rio de Janeiro sambó en una escola, bailó forró en un bar tradicional y disfrutó la puesta de sol en Ipanema. El cariño que despertó entre los brasileños fue tal que un presentador de televisión le entregó un documento simbólico de identidad bajo el nombre “Eduarda Felipa”, como la bautizaron sus seguidores.

En Buenos Aires, Dua Lipa abrazó la pasión futbolera visitando la Bombonera para presenciar el superclásico Boca-River. Vestida con la camiseta de la selección argentina, presenció el triunfo 2-0 de Boca, un resultado que muchos hinchas en redes bautizaron como “el dualipazo”.

La gira también dejó huella en Perú y Chile. En Lima, la cantante disfrutó de la cocina peruana en restaurantes de Gastón Acurio y en Maido, considerado uno de los mejores del mundo. En Santiago, recorrió la Viña Concha y Toro, una de las paradas más conocidas de la ruta del vino chileno.

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Un romance sellado con música

Aunque la convivencia cultural marcó su travesía, fue la música la que consolidó el lazo con cada público. Al igual que hizo en otras ciudades del mundo, Dua Lipa preparó versiones de canciones emblemáticas de cada país.

En Buenos Aires interpretó temas de Soda Stereo y Miranda!. En Santiago eligió piezas de Mon Laferte y La Ley. En Brasil su apuesta fue más amplia: en Sao Paulo invitó a Carlinhos Brown y Caetano Veloso para cantar “Magalenha” y “Margarida Perfumada”, mientras que en Rio entonó la clásica “Mas que nada” de Jorge Ben.

En Bogotá sorprendió con “Antología” de Shakira. En Lima encendió al público con “Cariñito”, que interpretó junto a Mauricio Mesones frente a 30.000 asistentes.
México tampoco quedó atrás: el lunes cantó el bolero “Bésame mucho” y el martes interpretó “Oye mi amor” junto a Fher Olvera de Maná. “Es muy bueno que cante en español, es una muestra de respeto”, señaló José Santos, contador de 61 años que asistió al concierto con sus hijos.

El analista de medios Mauricio Cabrera destacó que el éxito de artistas como Dua Lipa surge cuando logran impactos que van “más allá de sus presentaciones” y se convierten “en sucesos culturales”, según escribió en su boletín Story Baker.

La gira de Dua Lipa por Latinoamérica dejó así una mezcla de música, tradición y cercanía que consolidó un romance mutuo y un recuerdo que permanecerá en cada ciudad que visitó.