Trump plantea bajar aranceles a China para frenar el fentanilo

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, expresó su intención de reducir los aranceles a las exportaciones de china, argumentando que Pekín podría ser un aliado clave en la lucha contra el tráfico de fentanilo hacia su país. La declaración se produjo durante su vuelo a Corea del Sur, donde tiene previsto reunirse con el presidente chino, Xi Jinping.

“Espero bajar los aranceles porque creo que pueden ayudarnos con la situación del fentanilo”, afirmó Trump a bordo del Air Force One, tras partir de Japón. El mandatario agregó que confía en que la reunión con Xi “va a ser una gran reunión” y que ambos líderes podrían “hacer algo importante” en conjunto.

La relación comercial entre Washington y Pekín ha estado marcada por tensiones desde que Estados Unidos impuso aranceles de hasta un 20 % a diversas exportaciones chinas. Estos gravámenes se justificaron, en parte, por el papel que el Gobierno estadounidense atribuye a China en el origen de los precursores químicos utilizados para producir fentanilo.

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Una crisis que trasciende fronteras

El fentanilo, un potente opioide sintético con un poder analgésico cien veces mayor que la morfina, ha provocado una crisis sanitaria en Estados Unidos. Su consumo y tráfico han derivado en decenas de miles de muertes por sobredosis cada año, lo que ha llevado a la administración Trump a convertir el combate a esta droga en una de sus principales prioridades.

El mandatario ha señalado en distintas ocasiones a China, México y Canadá como responsables indirectos de la entrada del fentanilo en territorio estadounidense. Según su versión, parte de la sustancia se produciría en laboratorios chinos y sería enviada a otros países, como Venezuela, antes de llegar al mercado norteamericano.

“Creo que van a hacer cosas. Tenemos que deshacernos de ello. Tenemos que pararlo”, enfatizó Trump en referencia a su expectativa de cooperación con Pekín.

En paralelo, el secretario de Guerra, Pete Hegseth, informó sobre una operación militar estadounidense en el océano Pacífico, frente a las costas de Colombia, que dejó catorce personas muertas tras el ataque a cuatro embarcaciones vinculadas al narcotráfico. Washington sostiene que este tipo de acciones son parte de una estrategia regional más amplia para frenar el flujo de drogas hacia su territorio.

Tensiones comerciales y cooperación estratégica

Aunque las conversaciones entre Estados Unidos y China suelen centrarse en temas de comercio y tecnología, el tema del fentanilo se ha convertido en un punto de contacto inesperado entre ambos gobiernos. Trump busca que Xi Jinping se comprometa a reforzar los controles sobre la producción y exportación de precursores químicos utilizados en la elaboración de la droga.

La posible reducción de aranceles podría funcionar como incentivo para que China colabore más estrechamente en este tema. Sin embargo, analistas advierten que cualquier acuerdo dependerá del equilibrio entre los intereses comerciales de Pekín y las demandas de seguridad de Washington.

El esfuerzo por controlar el flujo de fentanilo no solo tiene implicaciones para la política interna de Estados Unidos, sino también para la estabilidad de las relaciones internacionales en una región donde el comercio, la seguridad y la salud pública se entrelazan.

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Un desafío global

El fentanilo representa uno de los mayores retos del siglo XXI en materia de drogas. Su bajo costo de producción, su alta potencia y la facilidad con la que puede distribuirse por canales digitales han hecho que su combate requiera cooperación internacional.

Si la reunión entre Trump y Xi logra abrir un canal de diálogo efectivo, podría marcar un paso hacia una estrategia global más coordinada. Para países de América Latina y el Caribe rutas de tránsito de estas sustancias, una mayor cooperación entre las principales potencias podría traducirse en menores riesgos de violencia y un control más eficiente del tráfico marítimo.

Más allá de los anuncios y las tensiones comerciales, el trasfondo de esta declaración es la búsqueda de soluciones compartidas frente a una crisis que no reconoce fronteras. Trump apuesta por una diplomacia pragmática: menos aranceles, más colaboración. El resultado de su encuentro con Xi podría revelar si ese equilibrio entre economía y seguridad es realmente posible.