UDB hace historia en El Salvador con el lanzamiento de la primera sonda estratosférica
La Universidad Don Bosco lanzó con éxito la primera sonda estratosférica diseñada con impresión 3D en el país, un hito académico y científico que abre la puerta al futuro aeroespacial de El Salvador.
El Salvador forma parte del mapa de la investigación aeroespacial. La Universidad Don Bosco (UDB), a través de su Observatorio Micro Macro (OMM), celebró el lanzamiento exitoso de la “Misión Zuyat”, una sonda estratosférica fabricada con impresión 3D que alcanzó una altura de más de 30 kilómetros sobre el nivel del mar, triplicando la altitud de un avión comercial.
El proyecto, liderado por estudiantes de la Facultad de Ingeniería y la Facultad de Aeronaútica de la prestigiosa casa de estudios superiores junto a docentes y asesores nacionales e internacionales, representa un paso histórico en la innovación científica del país y consolida a la institución como referente en investigación de vanguardia.
Durante la ceremonia oficial de presentación, el rector de la UDB, Mario Olmos, subrayó que este proyecto es reflejo de la capacidad investigativa y tecnológica de la institución.
“El proyecto nos ha puesto de relieve la capacidad que tienen los estudiantes trabajando con nuestro personal, pero también con asesores que desde fuera les estuvieron acompañando y guiando en puntos específicos. Ahora esperamos desarrollar otros módulos con mayor precisión hasta llegar a lo que aspiramos: la posibilidad futura de lanzar un satélite, como ya lo han hecho otros países”, apuntó.
En este sentido, Olmos insistió en que lo más valioso no es solo la sonda, sino el impacto en la comunidad.
“Podemos hacer cosas grandes cuando trabajamos de manera integrada, cuando logramos soñar juntos y ver de lo que somos capaces. Estoy seguro de que quienes participaron tuvieron una experiencia de crecimiento enorme que les ayudará a pensar en el futuro de manera distinta”, dijo el rector.
Brisa Terezón, directora del Observatorio Micro Macro de la UDB, resaltó que este proyecto es fruto de años de trabajo colaborativo y de la visión de impulsar a los estudiantes más allá del aula.
“La Misión Zuyat demuestra que cuando unimos esfuerzos entre estudiantes, docentes y aliados externos, podemos abrir nuevas posibilidades para la ciencia en El Salvador. Esta experiencia marca un punto de partida para que los jóvenes se proyecten en el ámbito aeroespacial con confianza y visión de futuro”, señaló.
Una visión que nació en las aulas
La historia de la Misión Zuyat se remonta a 2021, cuando un grupo de estudiantes de la Asociación de Astronomía de la UDB decidió participar en el NASA Space Apps Challenge. A partir de ese reto nació la idea de diseñar un globo de gran altitud y, posteriormente, se transformó en un proyecto formal de investigación dentro de la universidad.
La ingeniera Daniela Martínez, una de las jóvenes que participó desde los primeros ensayos, compartió su experiencia:
“Nunca me imaginé ser parte de un proyecto aeroespacial, pero poco a poco la curiosidad creció. Mi trabajo me permitió incluso desarrollar mi tesis con el acompañamiento de un ingeniero de la NASA. Eso me enseñó que en El Salvador también podemos aportar a la ciencia global”.
Por su parte, el ingeniero Gabriel Vázquez, relató cómo se involucró en la seguridad y simulaciones del proyecto:
“Al inicio no me imaginaba el impacto que iba a tener. Trabajamos en áreas que nos obligaron a aprender más, como análisis climático y telemetría. Fue un reto, pero comprobamos que los salvadoreños podemos estar a la altura de cualquier desafío técnico”.
En este sentido, para la UDB, este lanzamiento es más que un logro puntual. Representa el inicio de un camino hacia la consolidación de programas académicos en el área aeroespacial.
“Nuestro interés ahora es pasar del área aeronáutica al área aeroespacial. Este es un primer paso de otros que esperamos se vayan dando en el futuro, con la colaboración de universidades como la de Brasilia y otras instituciones de educación superior”, añadió Olmos.
El ingeniero aeronáutico Manuel Pleitez, responsable del diseño estructural de la cápsula, señaló que el reto fue aplicar ingeniería avanzada a un proyecto que en otras partes del mundo suele resolverse con soluciones básicas.
“Normalmente estas sondas se hacen con materiales simples, pero nosotros quisimos dar un paso más y aplicar diseño en 3D. Estudiamos materiales, probamos resistencias y comprobamos que con impresión 3D se puede llegar a la estratósfera. Eso nos da confianza para pensar en un futuro satélite salvadoreño”, expresó.
La misión también ha abierto oportunidades internacionales: varios de los jóvenes que participaron han logrado becas y pasantías en países como Japón y Turquía, enfocadas en tecnologías satelitales y de comunicación.
El éxito de la sonda estratosférica es también una lección de trabajo en equipo y perseverancia. El ingeniero Josué Aldana, encargado del sistema de energía, destacó el aprendizaje más allá de lo técnico.
“Aunque nuestra región no tenga la infraestructura de otros países, aprendimos que podemos apoyarnos en redes globales. Gracias al contacto con especialistas en Europa logramos optimizar las baterías y sistemas de energía para resistir temperaturas extremas. Eso demuestra que desde El Salvador se puede innovar”, mencionó.
Con este histórico lanzamiento, la UDB coloca a El Salvador en el mapa de la innovación aeroespacial, demostrando que el talento salvadoreño tiene la capacidad de mirar hacia las estrellas y transformar el futuro del país.
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